Francia sólo espera que ETA «anuncie un desarme completo», respondió ayer el ministerio de Exteriores al comunicado en el que la banda pidió un «diálogo directo sobre las consecuencias del conflicto» al Gobierno galo, al que acusó de compartir con España su política de «venganza contra los presos», de «guerra sucia» y «desaparición de militantes», además de tratar «el problema vasco» como «una cuestión española».

El portavoz Bernard Valéro, agregó que las autoridades francesas oficialmente «no han visto el comunicado». Sobre si se sentían concernidos porque la banda considere a Francia como un interlocutor, Valéro replicó que «si nos sentimos concernidos es sobre la necesidad de que la organización terrorista (...) abandone la violencia» y sobre la conveniencia de «seguir trabajando muy estrechamente con las autoridades españolas, como lo venimos haciendo desde hace años».

Por otra parte, siete de cada diez vascos están de acuerdo en facilitar la reinserción de los presos de ETA que renuncien a la violencia y apoyan su acercamiento, mientras que un 21% concedería una amnistía. Según el Sociómetro sobre el Final del Terrorismo, el 52% cree que ETA ya ha renunciado definitivamente a su actividad armada, frente al 36 que opina lo contrario. Paralelamente ayer se supo que el Supremo revisará el día 28, en vista pública, la condena a Arnaldo Otegi

Por último, Irene Villa, que sufrió la amputación de piernas por un atentado de ETA cuando tenía 12 años, declaró, en un acto en Bruselas, que «no me gustaría hablar con quien me ha puesto la bomba porque no tengo nada que decirle y porque tampoco me importa lo que piense o lo que me diga, ni que me pida perdón, porque yo ya les he perdonado», declaró.