Los draconianos Presupuestos Generales del Estado de este año están marcados por un recorte en todas las partidas para garantizar el objetivo de déficit del 5,3%, con la excepción del pago de los intereses de la deuda, que crecen más del 30 por ciento, y los gastos de personal, que se incrementan un 1,3 debido al mayor número de funcionarios jubilados.

Las cuentas presentadas en el Congreso arrojaron ayer un dato sin precedentes: todo el tijeretazo del Gobierno, 27.300 millones y casi dos mil millones más, que equivalen al 2,75 por ciento del producto interior bruto, serán destinados este año a pagar los intereses de una deuda pública que subirá once puntos, hasta situarse en el 79,8 por ciento. El montante de esos intereses supera superan todo lo que el Estado gasta en pagar a su personal: 27.338 millones de euros.

La Bolsa recibió los Presupuestos más duros de la democracia con un mínimo anual al caer el Ibex un 2,71 por ciento y situarse en 7.824,5 puntos, arrastrado por el desplome de las grandes constructoras. El otro dato negativo de la jornada lo protagonizó la prima de riesgo española, que escaló diez puntos para cerrar en 365.

Una «situación crítica» que trata de afrontar el Gobierno con unas cuentas «extraordinarias», según Cristóbal Montoro, para quien son las que «menos perjudican al crecimiento económico». El Ministro consideró este ajuste como el «mayor esfuerzo de consolidación de la democracia» y confía en que con él se consiga «recuperar la confianza de Europa», a lo que contribuirán las reformas que se anunciarán en breve.

Aunque el PP cuenta con mayoría absoluta en el Congreso, el Ministro ha pedido el apoyo político al proyecto que comienza ahora su tramitación. Estos Presupuestos prevén unos gastos no financieros de 263.865, 5 millones de euros, un 3,1 por ciento más que los de 2011 y unos gastos no financieros de 298.975,6 millones, un 0,5 por ciento más que los anteriores. En su escenario macroeconómico, una inflación del 1 por ciento.

Otro dato preocupante de las cuentas: el Gobierno prevé que los parados aumenten este año en 602.800 , un 12 por ciento más que en 2011, hasta superar los 5,6 millones.

El paro crecerá en 600.000 personas, hasta rebasar los 5,6 millones

En 2012 el Gobierno calcula que la tasa de desempleo subirá 2,7 puntos, hasta el 24,3%, alcanzando el número de parados la cifra de 5.601.800 personas. Estima, además, que se destruirán 631.100 empleos en términos equivalentes a tiempo completo, frente los 356.500 de 2011. En total, 600.000 personas ingresarán en las listas del desempleo.

En términos relativos, el empleo se contraerá un 3,7% (el asalariado, un 3,8%), en un contexto económico en el que el PIB retrocederá un 1,7% en el conjunto del año, frente al avance del 0,7% del ejercicio anterior. El coste laboral unitario bajará un 1,7% este año, frente al 1,9% de 2011, mientras que el coste laboral por asalariado subirá un 0,2%, seis décimas menos de lo que lo hizo en 2011.

El Gobierno prevé que la demanda interna se contraiga este año un 4,4%, con una caída del gasto en consumo del 3,1% y una disminución de la inversión del 9%. El consumo privado se reducirá un 1,4% en 2012, en contraste con el descenso del 0,1% experimentado en 2011, mientras que el gasto en consumo de las administraciones públicas retrocederá un 8%, ampliando así la contracción de 2011 (del 2,2%).

La inversión en bienes de equipo caerá este año un 7,3%, frente al avance del 1,2% experimentado en 2011, en tanto que la inversión en construcción seguirá en una senda negativa y profundizará su reducción hasta el 9,9%. Las exportaciones moderarán su avance hasta el 3,5%

Por otra parte, el Estado ingresará 119.233 millones, un 14,3% más que el año anterior, debido a la reforma tributaria y a la aplicación del sistema de financiación. El Presupuesto cifra el efecto en un crecimiento del 6,53 por ciento.

Si se tienen en cuenta las administraciones territoriales, el aumento en los ingresos sube hasta el 19,1%, lo que se debe al efecto de la liquidación del sistema de financiación autonómico, mientras que los ingresos impositivos suponen el resto del incremento. La recaudación por tributos, aunque caerá el 13,7% para los ingresos del Estado, crecerá un 4,3%. Esto se debe a las nuevas medidas fiscales, que aportarán 12.300 millones.

Los ingresos por el IRPF para el Estado caerán un 12,9%, aunque sumados a los de las autonomías supondrán un crecimiento del 4,7%, mientras que con el impuesto de sociedades se recaudarán 19.564 millones, un 17,8% más. La recaudación del IVA caerá un 46,2%, aunque en conjunto bajará un 3, 3 por ciento.