El consejo de administración de RTVE debatirá mañana sobre la homilía del Viernes Santo del obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Plá, quien se refirió a los homosexuales como «personas que se prostituyen y que promueven la corrupción de menores», y que emitió La 2 de TVE.

El debate sobre la polémica homilía no estaba en el orden del día de la reunión, pero varios miembros del consejo de administración manifestaron su intención de abordar el tema ante «la innegable polémica» que ha generado y han planteado debatir la posibilidad de enviar una queja a la Conferencia Episcopal para que declaraciones de este tipo no se vuelvan a producir en misas retransmitidas por la cadena pública. El grupo de consejeros que apoya esta postura, entre ellos los propuestos por el PSOE, consideran que no puede permitir «que se produzcan mensajes que pueden atentar» la Constitución y que «van en contra de valores» de la Carta Magna.

El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, se desmarcó de las opiniones de Reig Plá y puntualizó que los homosexuales son personas como la otras y que merecen toda la dignidad y el respeto». El PSOE tachó la homilía de inadmisibles, mientras que el canónigo de Alcalá le dio su apoyo mientras grupos de gays protagonizaban una «besada» ante la catedral de la Almudena.

El mencionado obispo no puso objeciones para acoger durante 10 años a José Martín de la Pena, un sacerdote condenado por violar a una niña. El «Diario de Alcalá» desveló en 2010 que el mencionado cura residía en una casa que le cedió el Obispo, a quien en su momento le bastó con pedir perdón por «los pecados» del sacerdote. Reig Plá justificó aquella decisión en la avanzada edad del religioso, a quien la Audiencia d Madrid condenó a diez años de prisión y ocho de inhabilitación, en una sentencia ratificada en 2005 por el Tribunal Supremo, y que continúa cumpliendo en régimen abierto.

Los hechos sucedieron en 1978, cuando De la Pena, tras ayudar en los trámites de nulidad matrimonial a la madre de la niña de la que luego abusaría, después de alquilar una habitación en la vivienda de la mujer por la que pagaba 40.000 pesetas al mes con las que ayudaba en la economía de la familia.