Palma / Oviedo, F. A. / J. M. A. M. / Agencias / L. M. S.

El duque de Palma, Iñaki Urdangarín, seguía declarando anoche, al cierre de esta edición, y la previsión era que la sesión se prolongara hasta las dos de la madrugada. Pasadas las cinco de la tarde, el juez José Castro finalizó su exhaustivo interrogatorio -más de 17 horas, repartidas entre el sábado y ayer, con una lista de 500 preguntas- y cedió el testigo a los fiscales anticorrupción; pero lo hizo con una advertencia muy clara: no se cree la versión del yerno del Rey y lo volverá a citar a declarar.

Ante la insistencia del duque de Palma en afirmar que su labor al frente del Instituto Nóos, que presidió entre 2003 y 2006, fue siempre exclusivamente formal -y que nada sabe de facturas ni administración de las empresas-, el instructor llegó a decirle a Urdangarín que el carácter evasivo de sus respuestas podría terminar acarreando la citación como imputada de su esposa, la infanta Cristina, ya que compartiría ese mismo papel testimonial.

No fue la única amenaza que Castro -molesto con sus «no lo sé» y «no lo recuerdo»- blandió ante el duque. Según Antonio Alberca, el abogado del ex presidente balear Jaume Matas, también imputado, el juez amenazó, además, a Urdangarín con la «tortura» que supondría para él someterse a un careo con su ex socio en el Instituto Nóos, Diego Torres, si los investigadores aprecian fuertes contradicciones en sus respectivos testimonios. Sin embargo, parece que ésa no es la intención del fiscal, Pedro Horrach.

Anoche, Horrach, asistido por los también fiscales Joan Carrau y Miguel Ángel Subirán, llevaba ya tres horas preguntando a Urdangarín, y su tono era muy duro. Tras acabar los fiscales, estaba previsto que les llegara el turno a los letrados de la acusación particular, que ejercen la comunidad balear y el sindicato Manos Limpias, personado como acusación popular, informó «Efe».

Después sería el turno de la defensa del duque de Palma, a quien representa Mario Pascual Vives, y más tarde podrían interrogar los letrados defensores de los otros 60 imputados en las 25 piezas en que está dividido el «caso Palma Arena».

«Mucha tela todavía que cortar», como había anticipado a primera hora de la tarde la abogada de Manos Limpias, Virginia López, que aseguró que, hasta ese momento, Urdangarín estaba «exonerándose absolutamente de todo tipo de responsabilidad» y descargando en Torres y «en más personas».

Y es que, desde que comenzó el sábado su declaración, el duque de Palma ha rechazado cualquier implicación en las supuestas irregularidades de Nóos; ha atribuido la responsabilidad de la gestión de las empresas investigadas a Torres, y ha desligado de sus actividades profesionales a la infanta Cristina. El yerno del Rey sólo se ha declarado responsable de la administración de la empresa Aizoon, que tenía a medias con su esposa, según indicaron a «Efe» fuentes jurídicas. Urdangarín confirmó que él administraba Aizoon, y defendió la limpieza de su gestión.

El instructor le preguntó sobre facturas sospechosas, como una de 600 euros que sirvió para pagar a la empleada de hogar de la ayudante personal de Urdangarín, ante lo que el duque argumentó que necesitaba a su asistente todo el tiempo posible y para ello se aseguraba de liberarla de otras responsabilidades personales.

El marido de la infanta Cristina dijo al juez instructor que no sabe nada de evasión fiscal, aunque luego, a preguntas de Horrach, tuvo que reconocer la existencia de una cuenta en Suiza y que cobró por una intermediación en favor de la empresa Aguas de Valencia.

Castro insistió en reclamarle información sobre su participación en esta supuesta red empresarial, que estaría formada por la citada Aizoon, Nóos Consultoría, el bufete Tejeiro, Virtual Estrategies, Intuit, Shiriaimasu y De Goes Center for Stakeholder Management, ante lo que el duque reiteró que desconoce la gestión administrativa y la facturación de estas sociedades.

Al igual que ya hiciera el sábado, recalcó que no llevaba la gestión de las empresas, sino que de eso se encargaban Torres y los hermanos Miguel y Marco Antonio Tejeiro, cuñados de su ex socio, y aseguró no recordar muchos de los detalles por los que era interrogado. De hecho, el detallismo del instructor fue el sábado y ayer tan fino que llegó a preguntar a Urdangarín por unos consejos dados por su asesor fiscal, Miguel Tejeiro, a una tercera persona sobre la forma de facturar un calefactor.

Esta postura molestó a muchos abogados presentes, que se quejaron de la irrelevancia de las preguntas. «Nos ha extrañado que el defensor de Urdangarín no protestara cuando se interrogaba a su defendido sobre extremos derivados de correos electrónicos entre terceros; si Urdangarín no fue interlocutor en esos mensajes, no tiene por qué saber de qué se está hablando», razonaron.