Madrid, Efe

Las causas que han llevado a más de 400.000 andaluces a retirar su voto al PP después de haberles elegido hace tan sólo cuatro meses y el incierto futuro político de Javier Arenas son, un día después de la jornada electoral, las principales inquietudes de Génova.

El domingo, entrada la noche, y ayer mismo por la mañana, cada dirigente consultado -aunque a título individual, puesto que no se ha celebrado una reunión de la dirección, y bajo petición de anonimato-, repetía la siguiente interrogación: ¿qué ha pasado para que en cuatro meses se hayan perdido 420.000 votos?

Lo primero es que las cinco fuentes de la dirección preguntadas reconocen su preocupación por haber logrado en Andalucía casi 420.000 votos menos que en las generales de noviembre, así como por haber reducido en 200.000 papeletas el balance de la autonómicas de 2008.

Los números son peores que la peor de las previsiones que se manejaban en Madrid y en Sevilla a tenor de las encuestas previas sobre intención de voto, tanto las publicadas en los medios como las efectuadas para consumo interno, recalcan dichos dirigentes.

Vista esta realidad, las fuentes mencionan varias causas: una de ellas es la constatación de que el candidato del PSOE, José Antonio Griñán, «acertó de lleno» al retrasar los comicios a finales de marzo y no ponerlos en la misma fecha que las generales. Gracias a ello, «ha podido exprimir el discurso del miedo» a los ajustes que desde Madrid venía anunciando el Gobierno de Mariano Rajoy.

En opinión de otro dirigente, cabe reconocer que, «quizá», matiza, la campaña de Arenas no ha sido la más atinada si se tiene en cuenta que el PSOE se lanzó a una ofensiva «brutal».

Argumenta este político que se podía haber puesto más énfasis durante las dos semanas de campaña en el «voto rural», donde tiene que arraigar la imagen de que el PP «no es un grupo de señoritos que vienen a hacer otras políticas».