El Consejo de Ministros dio ayer luz verde a los Presupuestos Generales del Estado para 2012 con un ajuste global de 27.300 millones con el que el Gobierno pretende reducir el déficit público desde el 8,5% de 2011 al 5,3% al final del año, tal y como exige Bruselas. El ministro Cristóbal Montoro precisó que los 17.800 millones que corresponden al Estado se alcanzarán a través del incremento de ingresos y la reducción del gasto.

De hecho, el ajuste supone recortar en 2,5 puntos el déficit público. Casi un punto, ocho décimas, procederá del incremento de los ingresos, mientras que el resto, 1,7 puntos, se conseguirá a través de los ajustes de gastos, excluidas las partidas comprometidas.

El gasto total caerá un 9,6% este año, hasta los 122.083 millones. Este descenso se concretará en un recorte a los ministerios del 16,9%, hasta los 65.803 millones El mayor recorte se produce en el Ministerio de Exteriores, que baja un 54,4%, hasta 1.205 millones. El presupuesto de Fomento desciende un 34,6%, mientras que el de Industria cae un 31,9% y el de Agricultura baja un 31,2%, hasta los 1.932 millones.

También registran descensos importantes el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas (-22,9%), el de Educación, Cultura y Deporte (-21,2%), el de Economía (-19%) y el de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (-13,7%).

Los recortes más moderados se registran en Defensa (-8,8%), Empleo y Seguridad Social (-7,4%), Justicia (-6,3%), Interior (-4,3%), Presidencia (-3,8%) y la partida de gastos de diversos ministerios, que bajará un 3,7%.

El presupuesto no financiero, por su parte, caerá un 6,7%, hasta 113.870 millones, con un descenso de las operaciones corrientes del 2,5%, hasta los 101.792 millones, y una contención del 36,1% de las operaciones de capital. Dentro de las operaciones corrientes, los gastos de personal y financieros subirán un 1,3% y un 5,3%, respectivamente, mientras que los gastos corrientes caerán un 10,7% y las transferencias corrientes descenderán un 8,6%.

Dentro de las operaciones de capital, la dotación del fondo de contingencia y otros imprevistos se reducirá un 3,8%, mientras que las inversiones reales bajarán un 19,6% y las transferencias de capital, un 46,4%.

Además, se reducirán en 351 millones las inversiones en Defensa, fundamentalmente en programas especiales, y se destinarán 322 millones menos a las ayudas para el acceso a la vivienda. En infraestructuras, se reducirán en 144 millones las inversiones, al tiempo que caerán en 287 y 427 millones las aportaciones para ADIF y SEITTSA.

Otra partida que experimentará un ajuste será la de las transferencias a los sindicatos, que se reducirán en 6,2 millones. Asimismo, se reducirá en 254 millones la partida para la adquisición de acciones y participaciones en sociedades estatales por parte del Ministerio de Hacienda y se rebajarán en 51 millones las transferencias a empresas de promoción económica.

Del lado de los ingresos, los no financieros llegarán a los 119.233 millones de euros en 2012 tras la cesión a entes territoriales, lo que supone un crecimiento del 12,5%, gracias, en parte, a las nuevas medidas fiscales del Gobierno, que supondrán un incremento de 12.300 millones de euros, incluido el aumento del IRPF, aprobado el pasado 30 de diciembre.

Los ingresos tributarios antes de la cesión a entes territoriales alcanzarán los 168.726 millones de euros, un 2,3% más que en 2011. En concreto, la recaudación del IRPF crecerá el 1,9%, hasta 73.106 millones, mientras que la generada por el Impuesto de Sociedades se incrementará un 22,2%, hasta alcanzar los 19.564 millones de euros.

Los ingresos por IVA, por su parte, se reducirán el 2,6% como consecuencia del bajo ritmo de la economía española y sumarán 47.691 millones de euros, mientras los ingresos por impuestos especiales caerán el 11,5% y se quedarán en 18.426 millones.

Según Cristóbal Montoro, las cuentas incluyen medidas «extraordinarias» porque la situación es «extraordinaria y crítica», lo que ha llevado al Ejecutivo a elaborar el Presupuesto más «austero» de la democracia, con un ajuste «muy duro» que obliga a renunciar a muchos programas de gasto para equilibrar cuanto antes la economía española.

«El Presupuesto es austero, fuertemente austero», admitió Montoro, tras considerar, sin embargo, que ésta es la forma de reducir cuanto antes del déficit, una condición «necesaria» para financiar correctamente la economía española y recuperar el crecimiento y el empleo.

El próximo martes, el Presupuesto será presentado en el Congreso, donde después se someterá a debate y votación en comisión y pleno antes de llegar a la Cámara alta para ser aprobado definitivamente.

«Este Gobierno y este país van a cumplir, y si planteamos estos Presupuestos es que para nosotros cumplir el 5,3 por ciento de déficit es sí o sí, no hay otras opciones. España tiene palabra y lo va a demostrar dentro y en el conjunto de la Unión Europea», aseguró la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

La número dos del Gobierno justificó el «drástico ajuste» asegurando que se trata de un proyecto para «salir del atolladero». Por último, afirmó que los ciudadanos son «plenamente conscientes de las dificultades» porque «lo padecen», ya que hay más de cinco millones de parados.