Palma / Madrid, Efe

El empresario José María Ruiz-Mateos, de 81 años, fue puesto ayer en libertad por la juez de Palma María Pascual, tras acogerse a su derecho a no declarar en la causa en la que está imputado por estafa. Ruiz-Mateos, detenido el martes en su domicilio madrileño después de no comparecer tres veces ante la juez, salió ayer de los Juzgados soltando sapos y culebras contra la juez.

«Un demonio. No tiene sentimientos ni corazón. Es un bicho, orgullosa y soberbia. Un auténtico demonio, una criminal. Qué asco, qué porquería de tía. Prefiero morirme después de conocer a una juez como ésta», espetó de camino a la calle, cogido del brazo de su hija Begoña y seguido por su abogado.

No paró ahí el empresario. «Han intentado que me muera esta noche; vivo de milagro después de la tortura a la que me ha sometido esta mujer», aseguró el fundador de Rumasa, quien, según dijo, estuvo «sin comer ni beber y sin recibir medicinas» adecuadas para tratar su párkinson toda la noche. Sobre los delitos que se le imputan, dijo que no tiene nada que perder y que le da igual que le «ahorquen en una plaza».