«Me vale más lo que Mariano Rajoy diga ante un juez» que en el Congreso, afirma Mariano Benítez de Lugo, el abogado que lleva la acusación popular en el «caso Gürtel». Este letrado es quien ha pedido que el Presidente sea llamado a declarar, al igual que Francisco Álvarez- Cascos, para que digan si es cierta la versión del ex tesorero del PP Luis Bárcenas de que recibieron «dinero negro».

En referencia concreta a Cascos, Javier Arenas y Dolores de Cospedal, Benítez de Lugo advierte de que si niegan los cobros en negro, «la situación se aboca a un careo» entre ellos y Bárcenas. En cuanto al Presidente, afirma que «en el Parlamento Rajoy puede contar lo que quiera, pero como testigo ante un juez no puede sino decir la verdad».

Este fundador de la Asociación de Abogados Demócratas de Europa (ADADE) cree que al PP «le da pánico» que testifique Rajoy, quien podría hacerlo en su despacho o incluso por escrito, aunque esta última opción sería peor porque «reflejaría una postura huidiza», subraya.

Benítez de Lugo considera clave el cambio de estrategia de Bárcenas, que siempre negó la autoría de los papeles y la contabilidad B hasta que hace dos semanas decidió reconocer ambas cosas. En su opinión, el ex tesorero «ha dicho la verdad, pero no toda. Tiene munición en la recámara». Se refiere el letrado a las donaciones de empresarios, que si bien reconoció que existían, no las atribuyó a comisiones a cambio de adjudicaciones públicas, con lo que el cohecho es más difícil de demostrar.

«Bárcenas no era el gran urdidor, lo era Álvaro Lapuerta, que lo visaba todo», dice Benítez de Lugo, en declaraciones a la agencia «Efe» sobre quien ejercía de tesorero cuando Bárcenas era gerente del partido.