Mariano Rajoy vaticinó ayer que 2015 será el año del "despegue definitivo de la economía" española, gracias a la estabilidad que proporciona el actual modelo político, y advirtió que el cambio de sistema que propone Podemos, que englobó en lo que denominó "otras cosas" -por oposición a los grandes partidos-, sólo trae consigo "inestabilidad y, sobre todo, falta de progreso y retroceso".

El presidente del Gobierno hizo balance de 2014 en una comparecencia ante los medios tras la celebración del último Consejo de Ministros del año, y a tenor de una serie de datos -principalmente relativos al empleo- desgranó sus previsiones para 2015, descartando tanto adelantar las elecciones generales, previstas para finales de noviembre, como retrasarlas hasta enero de 2016, y ratificando su intención de presentarse a la reelección.

Empezó reiterando su frase de que éstas son "las primeras Navidades de la recuperación", y a renglón seguido dijo que si 2012 fue el año del ajuste, 2013 el de las reformas y 2014 el de la recuperación, el próximo año será el del "despegue definitivo de la economía".

Aparcando su declarado deseo de no caer en el triunfalismo, puso en valor la "modesta" revalorización de las pensiones y del salario mínimo aprobada ayer por el Gobierno teniendo en cuenta la baja inflación existente, y sostuvo que la reforma fiscal que entrará en vigor el próximo 1 de enero va a suponer también "el espaldarazo definitivo al crecimiento económico y la competitividad".

Fue en ese contexto cuando alabó el sistema político que ha hecho posible la alternancia en el poder de los dos grandes partidos, PP y PSOE, y, sin citar explícitamente a Podemos, pero en clara alusión a la formación de Pablo Iglesias, llamó a los españoles a conservarlo frente a "otras cosas" que lo único que generan es "inestabilidad, falta de progreso, retroceso y falta de bienestar".

Pese a las críticas que le dirige a diario el líder socialista, Pedro Sánchez, afirmó que el PSOE es "un gran partido que ha gobernado muchos años", aunque no comparte muchos de sus postulados. "Es normal. A ellos les ocurre lo mismo".

Rajoy precisó entonces que es bueno que haya acuerdo entre PP y PSOE en asuntos de Estado y que le habría gustado que lo hubiera en las medidas contra la corrupción. No obstante, y pese a recordar que el sistema de dos grandes partidos ha permitido también el progreso en países como EE UU o Alemania, no quiso opinar sobe la posibilidad de una hipotética gran coalición con los socialistas.

A Pedro Sánchez, además, le dijo que el Gobierno está dispuesto a escuchar propuestas de reforma de la Constitución, aunque dejando claro que él no va plantear ninguna porque no lo cree prioritario.

En clave interna, desoyó la oferta que la presidenta del PP de Madrid le hizo esta semana para ser candidata a la Alcaldía de la capital. "Eso no es algo que esté encima de la mesa, ni es ocupación de la Presidencia del Gobierno", zanjó Rajoy.