"La Constitución prevalecerá. Que nadie lo dude", proclamó ayer el Rey Felipe VI en una referencia directa a la situación creada en Cataluña tras la resolución independentista aprobada por el Parlament, para hacer frente a la cual recomendó tener "serenidad y confianza", y también "seguridad" en la unidad de España.

Don Felipe afirmó que el pueblo español "no está dispuesto a que se ponga en cuestión su unidad, que es la base de su convivencia en paz y libertad", en un discurso pronunciado en la entrega de acreditaciones a los nuevos embajadores honorarios de la Marca España, a la que también asistió la Reina Letizia.

"En nuestra larga historia hemos sabido superar grandes dificultades y los mayores desafíos. Ahora no es tiempo de regresar al pasado, sino de reafirmarnos en nuestra voluntad de un presente y un futuro compartido y de convivencia democrática", destacó.

El monarca subrayó que el "mejor embajador" de la Marca España es "el pueblo español, son los españoles", quienes, tras "tantos avatares históricos" que condujeron al país a "crisis, enfrentamientos y fracasos", optaron "sabia y definitivamente por la vía de la concordia y de la convivencia; del entendimiento y de la democracia".

Felipe VI también dijo que este pueblo hace del cumplimiento de la ley surgida de la Constitución su "guía y su referencia diaria" y por ello "no está dispuesto a que se ponga en cuestión su unidad, que es la base de su convivencia en paz y libertad".

"La Constitución prevalecerá", puesto que "la razón de ser y el funcionamiento de nuestro Estado Democrático de Derecho así lo garantiza".

"Nuestro orden constitucional, los principios constitucionales en los que se basa nuestra convivencia se mantendrán plenamente vigentes", agregó. Porque, según el Rey "la España constitucional de nuestros días es un patrimonio que nos pertenece a todos; pertenece al pueblo español, en quien reside la soberanía nacional del que emanan todos los poderes del Estado".

Entre tanto, en La Valeta (Malta), donde asistió a una cumbre europea, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, garantizó ayer que no mirará "para otro lado" si se ignora la suspensión de la declaración independentista acordada el miércoles por unanimidad por el Tribunal Constitucional (TC).

"Es evidente que si alguien vuelve a vulnerar la ley, yo no voy a mirar para otro lado. Consultaré con los grupos políticos y tomaré la decisión que tenga que tomar", que, en todo caso, serían "proporcionales y prudentes".

En Cataluña, explicó, hay un Gobierno en funciones, y piensa que aunque sería bueno que se hubiera constituido ya otro nuevo, no cree que haya "una situación límite" en este momento.

"Hasta hoy, no hay ninguna razón que justifique que tengamos que poner en marcha procedimientos excepcionales", añadió al ser preguntado por una eventual aplicación del artículo 155 de la Constitución, que permitiría la suspensión de la autonomía.

En esta línea, opinó que el anuncio de que no se va a respetar la decisión del TC es una demostración de la situación a la que algunas personas han llevado a Cataluña. Decir que no se va a cumplir la ley es desconocer el fundamento de una democracia. "¿Qué broma es ésta de que alguien no está sometido a la ley y hace lo que cree oportuno y conveniente?", se preguntó.