Alrededor de tres millones de españoles se han descolgado de las clases medias desde el estallido de la crisis y han pasado a formar parte de los estratos sociales más vulnerables, según un informe de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, que analiza el periodo 2003-2913 y fue difundido ayer.

La clave de esta "migración" estriba en que un 75% de la renta disponible de los hogares españoles procede del trabajo y éste retrocedió en los años más duros de la crisis y en los de recuperación crece con sueldos más bajos, jornadas más cortas o como autoempleo.

Así, hace una década, el 59% de la población pertenecía a familias con niveles de renta intermedios -entre el 75% y el 200% de la renta mediana- y el 31% se situaba por debajo de ese umbral del 75%. En cambio, con la crisis, lo que puede considerarse clase media se ha reducido al 52% y, en cambio, los niveles más bajos han subido al 39%. El porcentaje de rentas más altas apenas ha variado.

El informe asegura que, como resultado, "cerca de tres millones de personas se han desplazado de la zona central a la parte baja de la tabla de distribución de renta" con lo que han pasado a engrosar la fracción de clases medias que se ha vuelto "vulnerable a las consecuencias de situaciones difíciles, como la actual crisis económica".

Ahora bien, en paralelo, las políticas públicas han logrado reducir a casi la mitad (45,7%) la desigualdad generada por la sangría del desempleo gracias a su efecto redistributivo.

Esto es así porque, junto al trabajo, otra parte de los ingresos de las familias son las prestaciones públicas que completan las rentas salariales. También han de contarse los beneficios obtenidos a través de servicios sociales como la sanidad o la educación. Hasta el punto de que los segmentos más pobres obtienen el 72% de sus ingresos de actuaciones públicas.

La suma de estas tres fuentes de ingresos es lo que el estudio denomina la renta disponible ajustada, que durante la crisis se ha reducido en un 20%. A la vista de este descenso, cabría pensar que las políticas públicas han perdido fuerza redistributiva durante la crisis, pero en realidad lo que ha ocurrido, según el estudio, es que "no han compensado por completo los cambios que la crisis y el deterioro del empleo han provocado en la distribución de la renta entre los hogares". El informe sostiene, por otra parte, que la mayor reducción de la desigualdad proviene del sistema de pensiones, responsable de un 46% del efecto total, mientras la sanidad contribuye en un 15% y la educación en un 12%.