Patxi López se postuló ayer para ser el nuevo secretario general del PSOE, que quiere "reconstruir" para convertirlo en el partido de "la izquierda exigente, no un analgésico de las políticas de la derecha". Al día siguiente de que el comité federal despejara el horizonte temporal, López oficializó su candidatura a las primarias que los socialistas celebrarán en mayo, en las semanas previas a su congreso federal del 17 y 18 de junio. Se presentó con un discurso político que se no se aparta del que sostuvo antes de la caída de Pedro Sánchez. Como programa, el exlendakari defiende que la acción de su partido se oriente a revertir algunos de los pilares políticos del PP, como la reforma laboral, y, en conjunto, a conseguir que "la economía vuelva la redil de la política". En eso consiste la tarea de lo que López definió como componer una "izquierda exigente, razonable y también pragmática". Sin mirar a un entorno inmediato en el que sobresale Podemos, los socialistas tienen que desarrollar "un proyecto autónomo para ocupar el espacio que les corresponde y conectar con una mayoría social progresista".

El primer aspirante a liderar el PSOE, en la nueva etapa que se abrirá tras la dramática batalla interna de la que fue detonante la investidura de Rajoy -a la que ayer reiteró su rechazo-, quiso dejar constancia de que su presencia en solitario no responde a la falta de apoyos sino a su interés en romper con las etiquetas de los sectores envueltos en el litigio del partido. En contra de los que consideran que su iniciativa es una forma de cerrar el paso a Pedro Sánchez, el expresidente del Congreso apunta que no se presenta "contra nadie" ni para impedir que otros lo hagan. Entre quienes ayer lo acompañaron hasta la Fundación Diario Madrid para hacer su anuncio estaba, además de su mujer, Begoña Gil, el que fuera portavoz en el Senado, Óscar López, que renunció a seguir en el cargo después de la dimisión de Sánchez. Unidad fue una de las palabras que ayer más pronunció Patxi López, pero una "unidad que nace de la libertad, no la uniformidad que nace de la imposición". Para ello "la militancia tiene que ser capaz de escoger y luego integrar". Su propósito es "ir hasta el final", sin pactos con otros posible candidatos, y encabezar una "dirección colectiva", contando "con otros responsables" del partido.

Para López sería "un error mayúsculo, al que me opondré de forma radical" que los militantes del PSC quedaran excluidos del proceso de elección interna. "No entiendo que el secretario general del PSOE pueda ser elegido sin que voten los socialistas catalanes. Es la peor de la imágenes que podríamos lanzar al país", apuntó antes de advertir que el replanteamiento de las relaciones entre los dos partidos hermanos está más allá de las competencia de una gestora, obligada a ser "neutral", y debe "abordarse en el congreso" de junio.