Sofía Castañón (Gijón, 1983) entró ayer en el Consejo de Coordinación de Podemos, el equivalente a la ejecutiva, tirando una puerta. Ella es nueva aquí y su cargo, también. La diputada asturiana ocupará la secretaría de igualdad, feminismos y LGTBI, que hasta ahora la formación morada tenía encuadrada en el consejo ciudadano y ahora asciende con ella a la ejecutiva. Filóloga, poeta y realizadora audiovisual, llevan su huella, entre otras, los documentos de igualdad que llevó a Vistalegre la candidatura afín a Pablo Iglesias.
-¿Qué quiere aportar?
-Hemos elaborado a muchas manos un documento de igualdad que ha sido sobradamente respaldado, que ha tenido a muchas personas pensando qué tipo de organización feminista queremos y necesitamos, y es un honor trabajar para que esto sea efectivo, para que el feminismo no sea sólo un discurso, sino una acción.
-¿Es un buen primer paso una voz femenina en el Congreso?
-Es un buen primer paso que la secretaría de feminismo forme parte de la ejecutiva y que hayamos llegado a esta conclusión de manera consensuada con quienes tienen distintas sensibilidades, lo que demuestra que mantenemos de manera consciente y responsable el mandato de la unidad. También es una buena noticia que tengamos voces femeninas en el Congreso y como portavoz y adjunta a dos mujeres muy jóvenes y muy preparadas que sin desmerecer la valía de nadie cambian el panorama respecto a otros portavoces varones. Hemos demostrado que no queremos que la igualdad sea un techo, sino un suelo.
-Dice su antecesora, la errejonista Clara Serra, que dentro de Podemos también hay lógicas machistas y poca igualdad. ¿De acuerdo?
-Tiene toda la razón. Nuestras secretarías generales autonómicas son mayoritariamente masculinas. Nuestra organización está impregnada de machismo porque nuestra sociedad es machista y heteropatriarcal. Tenemos que pelear contra eso de una manera consciente que pasa por revisar los privilegios que todos tenemos, también por ejemplo las mujeres que no somos migrantes o gitanas sobre las que sí lo son, y edificar desde ahí la organización.
-Feminizar la política, sostiene Pablo Iglesias, no consiste sólo en aumentar números de mujeres en puestos de representación. ¿Qué más?
-El aumento de la representación es una cuestión de justicia, porque somos la mitad de la población, pero además aún queda mucho por avanzar. Yo tal vez no hablaría tanto de feminizar, que parece un discurso más que una acción, como de eliminar el patriarcado de la organización.
-¿Por dónde se va del discurso a la acción?
-Necesitamos tener una representación de al menos el 50 por ciento en la organización. Necesitamos blindar la participación y hacerla garantista para que podamos intervenir en condiciones de igualdad. Necesitamos espacios de conciliación y un protocolo ante las situaciones de discriminación de cualquier tipo. Necesitamos tomarnos muy en serio que el feminismo es un posicionamiento político que forma parte de Podemos de manera indisoluble.
-¿Ha sido el reparto de cargos en la ejecutiva suficientemente generoso con los derrotados?
-Tenemos que dejar de hablar de familias, salvo de aquellas que lo están pasando mal. El mandato de unidad y humildad que se nos dio en Vistalegre se ha manifestado y no queremos hablar de nada que no sea trabajar todos y todas a una. Un acuerdo implica aceptación y generosidad y las dos cosas se han dado. A partir de aquí, debemos celebrar nuestras ganas de trabajar juntas. Lo que está esperando no puede seguir esperando más. y el partido es una herramienta, no un fin.
-Podemos Asturias se desgañita pidiendo descentralización. ¿Sí?
-Deseo más descentralizar las cosas que acortar las distancias. Que no tengamos que ir tanto al centro y dispongamos de más autonomía, pero sobre todo que un partido orgánicamente descentralizado descanse no sobre baronías sino sobre los círculos: ese es el espíritu de Podemos, tiene coherencia que sean los círculos quienes marcan la ruta.
