Ocho años después de estallar el escándalo por el multimillonario expolio del Palau de la Música la vista oral del caso se inició ayer en el Auditorio de la Ciudad de la Justicia, donde las sesiones se prolongarán hasta junio. En el banquillo se sientan los saqueadores confesos Fèlix Millet y Jordi Montull, además del extesorero de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) Daniel Osàcar, por su papel clave, durante la etapa de Jordi Pujol, en el supuesto pago de comisiones al partido, a través del Palau, a cambio de la adjudicación de obra pública. Aunque todavía no existe constancia de ello, Jordi Montull tiene un acuerdo con la Fiscalía para salvar a su hija de la cárcel a cambio de relatar de la supuesta financiación ilegal de CDC. "La semana que viene será más divertido", manifestó ayer Montul como anticipo de sus revelaciones ante el tribunal. Tras décadas dirigiendo juntos el Palau de la Música, ocho años de calvario judicial bastaron para distanciar a Fèlix Millet y a Jordi Montull, quienes ayer se reencontraron en una acalorada conversación en los pasillos de la Ciutat de la Justicia.

La defensa de Convergencia evitó, en la primera sesión del juicio, exponer a sus cargos al renunciar a 36 testigos, entre ellos dos exconsejeros de Pujol.