"La plaza de la catedral en Oviedo, como las Ramblas en Barcelona, es un lugar amable donde vemos correr a los niños, tomar el sol a los ancianos y a los novios decirse requiebros. Sin embargo, ayer en Barcelona tuvimos que asistir a ese macabro acto terrorista", lamentó el arzobispo Jesús Sanz Montes.