Un fallo mecánico, el de una varilla del cambio que dejó clavada una moto en los primeros metros de la recta de salida, cuando todos los pilotos apuran al límite las revoluciones, en plena aceleración entre 150 y 200 kilómetros por hora, provocó el accidente que acabó este lunes con la vida del piloto de Alberic (Valencia) Bernat Martínez, de 35 años, y la del pontevedrés Dani Rivas, de 27. Ambos se vieron envueltos junto a otros tres pilotos en la colisión múltiple producida en la primera vuelta de la prueba de MotoAmérica Superbike-Superstock.

La fatal consecuencia ha consternado a todo el deporte mundial y sobrevino cuando la moto de 1.000 centímetros cúbicos guiada por Rivas perdió de forma súbita potencia, siendo arrollado por el propio Martínez instantes antes de llegar a la primera curva del circuito californiano, a escasos segundos de iniciarse la carrera.

De hecho, como informaba el periódico Faro de Vigo, Rivas había tenido que abandonar en la primera manga debido a un problema en la varilla del cambio, que provocó la tragedia. A Martínez se le trasladó en ambulancia al hospital Community de Monterrey, aunque otras fuentes cercanas afirman a Levante-EMV que ya había muerto en el circuito. En los próximos días se le realizará la autopsia y anoche se desconocía cuándo podría ser repatriado a España. Por su parte, Rivas fue enviado en helicóptero al Medical Center de Salinas, donde falleció.

Lance de riesgo

No se trata de una incidencia poco habitual en las carreras. La salida es uno de los momentos de máximo riesgo potencial al quedar muy concentrado el grueso de los pilotos. Cualquier despiste o, como sucedió en Laguna Seca, un error mecánico, puede producir un accidente de imprevisibles consecuencias ya que los pilotos tienen muy poco margen de reacción. De hecho, el Mundial de MotoGP ya cambió, hace años, el reglamento para rebajar el peligro en los inicios de carrera, modificando el diseño de la parrilla.

Con cuatro pilotos por línea y alineados de forma paralela, la salida era propicia para caóticas escenas en las que los accidentes eran más frecuentes. Se pasó a tener a disponer de líneas más distanciadas entre sí, divididas cada una por series de tres pilotos, que además quedaban separados de forma gradual, en forma de espiga. Desde entonces se ha logrado reducir la siniestralidad en esos casos, aunque el riesgo siempre persiste.

El fallo mecánico apunta como la causa principal de la colisión, por encima de otras consideraciones como la ligera rasante descendiente del circuito de Laguna Seca camino de la primera curva o la tormenta tropical que horas antes había hecho presencia en el trazado americano y que obligó a cambiar los neumáticos.

Desde Alberic, donde se han decretado tres días de luto, hasta California, pasando por Moaña, localidad natal de Rivas, el fallecimiento de los dos pilotos causó una honda conmoción. Ambos, con una dilatada trayectoria, eran muy queridos en el mundo del motor. Martínez llevaba las motos en los genes, creció rodeado del olor a goma quemada con una afición que le transmitió su padre Bernat, de apodo 'el Granotero', mecánico de profesión y habitual en las carreras urbanas en las que comenzarían sus dos hijos „el menor, Álex, ganó las 24 horas de Superbikes en Montmeló„ a forjarse un nombre.

Después de Ricardo Tormo, Bernat era considerado 'el rey de las carreras urbanas' valencianas y se hizo fuerte en el CEV. Si bien no logró asentarse en el Mundial de Moto 2, acabó probando suerte en las AMA Superbikes, competición más precaria a nivel financiero pero con predicamento popular en los Estados Unidos. Fue el primer español en poder subir al podio de esta competición. El mismo sueño que perseguía, en su fatídico debut, Rivas.