El Kremlin dejó claro ayer que no comparte el apoyo manifestado estos días por algunos altos cargos rusos a los aficionados de fútbol que participaron en violentas peleas durante la Eurocopa que se celebra en Francia.

"No puedo compartir esas declaraciones de mis colegas, que en cualquier caso no reflejan de ninguna manera las posturas oficiales", dijo a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El comportamiento violento de aficionados, rusos y de otros países, "es absolutamente inaceptable", aseveró Peskov, quién subrayó que tanto en Marsella como en otras ciudades de Francia "los aficionados protagonizaron acciones ilegales".

El jefe del Comité de Instrucción ruso, Vladímir Markin, calificó de "tíos como debe ser" a los aficionados violentos de su país, después de que el fiscal de Marsella, Brice Robin, señalara que los seguidores rusos son unos "combatientes muy bien preparados".

El vicepresidente de la Duma del Estado (Cámara de Diputados), Ígor Lébedev, aseguró que no ve "nada grave en la pelea de los aficionados" y respaldó a los violentos."¡Bien hecho! ¡A seguir así!", dijo el diputado, también miembro de comité ejecutivo de la Unión de Fútbol de Rusia.

Las selecciones de Rusia y Eslovaquia se enfrentarán en Lille con el trasfondo de todos los incidentes que protagonizaron los hinchas violentos. El tanto en el último suspiro de Berezutski que dio un punto muy importante a Rusia que hoy intentará lograr una victoria para dar un paso y medio hacia los octavos de final. El equipo de Slutski no deja atrás una fase de grupos desde 2008 y está ansioso por lograrlo.

Para conseguirlo, el técnico ruso podría repetir alineación y la presencia de Glushakov, que por lesión ya se perdió el partido ante Inglaterra, sigue en el aire. Sin embargo, Slutski quedó muy satisfecho del trabajo que hicieron sus hombres y es probable que siga confiando en los mismos jugadores.

Enfrente se encontrará a un equipo necesitado. La derrota de Eslovaquia frente a Gales 2-1 , ha hecho saltar las alarmas en un equipo que sueña con repetir el éxito del Mundial de Sudáfrica, en el que llegaron a los octavos de final después de ganar 2-3 a Italia en el último partido de la fase de grupos.

Los eslovacos, lejos de deprimirse, están confiados de sus posibilidades. Son conscientes de que no hicieron un mal partido ante Gales y confían en sus posibilidades.