Román GARCÍA

Alberto Álvarez muestra sentimientos enfrentados en la presentación de su nuevo libro: resignación por la muerte de los lugares que antaño fueron inspiración para la creación de mitos e ilusión por la llegada al mercado de su obra, con la que pretende que estas viejas historias no queden olvidadas por los jóvenes que «viven en grandes ciudades y que no se acuerdan de lo que contaban sus mayores». El libro, «Mitos de Xixón», algunos de cuyos relatos fueron publicados en LA NUEVA ESPAÑA, fue presentado en la tarde de ayer en la librería Alborá. En el escaparate del establecimiento se mostraban algunos de los mil ejemplares que la editorial distribuirá durante estos días navideños en las librerías asturianas. Un total de 93 páginas, resultado de un arduo trabajo por parte del autor, especializado en temas asturianos, que ha combinado la charla con los más ancianos de los lugares que visitaba con la comparación mitológica: «La mayor parte de las historias las llevaba recopilando desde el año 96 y vienen de la tradición oral, pero una vez que las tuve todas dejé el proyecto aparcado». «Decidí retomarlo cuando vi un panorama muy triste en el que los sitios que eran base para la mitología comenzaban a desaparecer debajo de grandes edificaciones y las leyendas se iban perdiendo», añade el autor.

Al ir recopilando las historias que hoy componen su nueva publicación Álvarez se dio cuenta de algunas similitudes: «Mientras iba haciendo mi trabajo comparaba las historias que salían en Gijón con las de otros lugares y me di cuenta de que hay muchas coincidencias y todas tienen que ver con la situación geográfica o con la temporal». Para buscar algunas de las historias no bastó con la conversación con los que entienden de leyendas: «Encontré cosas para publicar incluso en gacetas de hace siglos de Teverga que hablaban de leyendas que tenían lugar en Gijón».

«Mitos de Xixón» tiene una doble función: a la vez que se empapa de historias con personajes pintorescos permite recordar algunos de los lugares más emblemáticos de Gijón en un viaje mágico: «Hay cosas que los más antiguos cuentan que pasaban en la fuente de Somió, ya desaparecida, en la ría de Aboño, en el Picu del Sol o en la fuente de les Alfileres, que no he conseguido aún situar de manera correcta».

Álvarez ha cumplido una misión con la publicación del libro, ahora las leyendas están más lejos de perderse: «Es normal que pasen a la historia porque se acaba la sociedad que las creó y, por tanto, ya no tienen razón de ser en tanto ya no existen los espacios de los que hablan en estas historias». Ahora surgen otras: «Lo que llamamos leyendas urbanas y que surgen de sitios modernos como internet».

El escritor sigue trabajando en su obra asturiana: ayer presentaba otro tomo de una colección en la que repasa los mitos más importantes de manera ilustrada. La nueva entrega lleva por título «Cocos» y muestra los monstruos que asustaban a los niños de antaño. Ahora Álvarez trabaja en otros proyectos, como la recopilación de las historias que han surgido en torno al lobo y las leyendas que aún cuenta la gente de los pueblos sobre este animal.