Albina FERNÁNDEZ
La nueva directiva de la Asociación de Vecinos «Alfonso Camín», de La Calzada, celebra hoy su primera reunión, a las 19.00 horas, para nombrar los cargos, entre ellos a la presidenta, Teresa Prada Fernández, que recogerá el relevo del presidente, Francisco López Ayala, aunque, en realidad, el último elegido fue Manuel Arias, que dimitió el pasado mes de junio.
-¿Qué le llevó a presentar su candidatura?
-La necesidad porque Ayala dejó claro que lo cogía para salir del apuro y que no seguía, y a mí no me importaba coger el relevo siempre que contara con la gente de la directiva. Y aquí estamos siete mujeres y cinco hombres con algunas novedades.
-¿Ya tiene decididos lo cargos?
-Se eligen hoy en la junta. No obstante, cuento con María del Mar Zapico como secretaria.
-¿Qué puede aportar esta nueva directiva?
-Sobre todo, muchas ganas de trabajar para dar un poco de movimiento al barrio con la colaboración de la gente, los comerciantes y el Ayuntamiento. Lo primero será intentar que se impliquen más personas y eso es muy difícil porque la juventud pasa de todo, e intentaremos aumentar la masa social.
-¿Habla de escasa implicación en un barrio con bien ganada fama de participativo?
-Sí, es un barrio participativo pero a la hora de la verdad y de dar un paso al frente, cuesta mucho, como en todas partes.
-¿Habría más interés si se cobrara?
-Igual sí, pero nos queda la satisfacción personal, que es lo que nos mueve.
-¿Qué objetivos se plantean en esta nueva etapa?
-De momento seguir con las actividades e intentar hacer más, sobre todo en las zonas que más crecen como la de Carlos V, donde están haciendo más de 2.000 viviendas y vendrán muchas parejas jóvenes. Ya tenemos allí un local para atender a la gente sin que tengan que ir al Ateneo.
-¿Y las primeras reivindicaciones?
-Lo primero será pedir transporte y equipamientos para esas zonas en crecimiento. Además están los temas clásicos: el paso de los camiones a El Musel, el soterramiento, la comunicación con Tremañes, la contaminación... Queremos ser un barrio menos ruidoso y contaminado.
-¿Cómo ve el movimiento vecinal?
-Falta de participación. Aquí solucionamos los problemas, es decir, nos quejamos en el chigre pero no vamos a la asociación. Queremos que la gente se dé cuenta de que estamos ahí de intermediarios y que luchamos para mejorar el día a día y la convivencia vecinal.