R. G.

Un ordenador portátil y 280 euros en metálico es el botín que obtuvo un joven gijonés de 27 años en casa de uno de sus amigos. El afectado en el suceso, que hasta ahora confiaba en su amigo, le había acogido en su casa para que solucionara ciertos problemas personales y pudiera vivir con él.

Pero no le agradeció nada. Ni siquiera la hospitalidad de su amigo le sirvió y se dedicó a robar en la casa en la que estaba viviendo, por lo que fue detenido por agentes del Cuerpo Nacional de Policía, que se percataron de que el ladrón ya había conseguido vender el portátil que le había robado a su amigo. El objeto sustraído se encontraba en una casa de empeños, por lo que los agentes se personaron en el lugar, explicaron la situación y procedieron a devolver el ordenador a su legítimo propietario.

El detenido contaba con antecedentes policiales por reclamaciones judiciales. En Comisaría aseguró que tenía muchos gastos y que iba a usar lo que había robado para hacerles frente.