Miriam SUÁREZ

A falta de dos días para que finalice el período de información pública, decenas de vecinos de Moreda acudieron ayer en tropel al registro de la Pescadería Municipal para presentar alegaciones al plan especial de las vías. El barrio materializó su oposición al proyecto ferroviario con la presentación de 115 escritos. Con este aluvión de recursos, se quiso demostrar a la Administración que, si Moreda pone objeciones, «no es por capricho de la Asociación de Vecinos» que preside Teresa Escudero.

Esta asociación es una de las más críticas con el plan que reordenará los terrenos resultantes del soterramiento ferroviario. La alegación que firma su presidenta ha servido de modelo a quienes decidieron recurrir de forma individual para ejercer una mayor presión reivindicativa. El vecindario cuestiona las razones técnicas y económicas aducidas para no eliminar las vías hasta Veriña; la permeabilidad Este-Oeste; la «desproporción» edificatoria y la propuesta de estación intermodal, de la que, «siendo una de las actuaciones más importantes del plan, sólo se dice que tendrá 400 metros de longitud».

Su paso por el registro no sólo sirvió para dejar constancia escrita del rechazo que el plan de vías causa en Moreda. El hecho de que los vecinos se citasen en la plaza Mayor y acudiesen en bloque a la Pescadería Municipal fue un aviso de futuras protestas en la calle. «El barrio está muy concienciado con este asunto», recalcó Escudero, que ayer ya anunciaba «un verano y un otoño muy largos» a nivel reivindicativo. Los vecinos empezarán colgando de sus ventanas trapos morados, color que asocian al logotipo de Renfe. La asociación ya ha encargado la tela.