A. RUBIERA

Justo Vilabrille, maestro con plaza en el Colegio Público Asturias (antes pasó por el Colegio Jovellanos, Los Campos, y por Contrueces hasta llegar al Asturias), ex secretario general de FETE-UGT y miembro de la ejecutiva de la Agrupación Socialista gijonesa, lleva un año como edil de Educación y Cultura en el Ayuntamiento gijonés. Un tiempo que le ha servido, dice, para descubrir una ciudad «con un alto nivel de participación -hay casi mil asociaciones inscritas en el Registro Municipal, de ellas, unas 300 y pico de carácter cultural-» y con una «amplísima actividad cultural». «Ésa fue la novedad más grande con la que me topé, porque como ciudadano la desconocía y como representante municipal la descubres en toda su plenitud. Creo que Gijón es una ciudad que tiene mucho que ofrecer», dice. Justo Vilabrille participó en un «Desayuno de Fomento», en LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, donde repasó la actualidad educativa y cultural del municipio.

-En pleno proceso de solicitar plaza en los centros y con algunos centros con altísima demanda, ¿qué valoración hace?

-Hay que ver cómo vamos a colocar esos excedentes que se están produciendo, sobre todo, en dos o tres zonas de la ciudad, y en la red de la enseñanza privada-concertada. Las administraciones garantizamos que todo el mundo tendrá un puesto escolar, lo más próximo a su domicilio, pero es evidente que no todo el mundo puede obtener el colegio que le gusta. Porque se está produciendo en Gijón un repunte de la natalidad, que se nota de forma intensa.

-Se repiten excedentes en los mismos centros desde hace años. ¿No se puede planificar?

-Hacer una red que satisfaga plenamente la voluntad de los padres es imposible. Lo que se está haciendo es ampliar centros en aquellas zonas con mayores problemas. Es el caso de Montevil, donde empezarán a funcionar 6 nuevas unidades este curso. Será colegio con buenas instalaciones y también con comedor. A partir del próximo curso los alumnos ya no comerán en el Severo Ochoa, sino en su centro, en buenas instalaciones. Pero la previsión que nos piden muchos es casi imposible.

-Habrá miles de viviendas nuevas en Castiello, en Roces, en el Lauredal... ¿Las necesidades educativas están cubiertas en esas zonas?

-Hoy por hoy la red que tenemos es suficiente, aunque yo participo de la idea de que hay que ir a la ampliación de determinados centros. Pero eso es algo que le corresponde planificar a la Consejería, no a nosotros. En el Ayuntamiento lo que tenemos claro es que cada actuación urbanística que se planifica se debe acompasar con una reserva de suelo para usos educativos. Ésa es nuestra obligación. En el plan especial de Cabueñes, por ejemplo, hay una reserva para aumentar el Colegio de Cabueñes, y así lo sabe la Consejería. Ese centro, además, está atendiendo la demanda que se genera en el Parque Tecnológico, donde ya hay 800 personas trabajando. Una de las cosas que ya me ronda en la cabeza es hacer un centro de 0-3 en la zona. Probablemente nos cabría en esa reserva de suelo.

-¿Qué pasa con la red concertada, año tras año con cientos de excedentes?

-En Gijón tenemos un equilibrio imperfecto, pero a mi modo de ver bueno, con un 65% de alumnos en la red pública y un 35% en la privada-concertada. Insisto: a mí me parece un buen equilibrio, que no tienen otras zonas de España como Barcelona, Coruña, donde ocurre a la inversa. Me parece una situación muy buena. Yo siempre insisto en que en un país democrático como éste las administraciones públicas tienen el derecho y el deber de planificar. Los padres tienen derecho a la elección de centro, sí, pero eso no puede ser nunca un valor absoluto porque entonces estaríamos cerrando aulas públicas para abrirlas en la concertada. Y no vamos a dejar la infraestructura pública que ya tenemos (aulas, funcionarios con plaza definitiva...) para concertar más. Ahí está la esencia de la planificación, poder mantener el equilibrio, y ése fue el intento que se hizo en Asturias desde que se lograron las transferencias. Por eso a mí me parece que el equilibrio imperfecto de Gijón es adecuado y deseable.

-¿No hay ningún debate sobre la conveniencia de aumentar las plazas concertadas?

-Al Ayuntamiento no le corresponde hacer la planificación. Dicho eso, a mí personalmente me parece bien el equilibrio que hay y por la parte municipal, con excepción de las obras y el mantenimiento de centros, de las que nos ocupamos sólo en la red pública, en el resto de programas educativos y culturales que ofertamos atendemos exactamente igual a los alumnos de la pública y de la concertada, entre otras cosas porque yo considero que esos centros son elementos esenciales en la ciudad.

-Ha citado las transferencias educativas. ¿Cómo las valora?

-Creo que fueron absolutamente positivas. Estoy convencido de que el poder más próximo supone ver las cosas de otra manera. En el congreso de ciudades educadoras que se celebró en São Paulo, el ex alcalde de Bogotá habló de dos cosas: de la «calidad democrática» que deben perseguir los países latinoamericanos y de la descentralización. Las citó como claves para avanzar en la democracia. Y España tiene una buena experiencia. En lo educativo la descentralización acerca los problemas y ayuda a generar más claridad y más implicación con todos los temas. En este tema no sólo nos miran en Latinoamérica, también en Francia hay un debate abierto y, en cierta medida, somos su referente. A mi modo de ver, la descentralización es una de las causas del crecimiento, económico y social que se han producido en España en los últimos años.

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«Se está produciendo en Gijón un repunte de la natalidad que en la red educativa se nota de forma intensa» justo vilabrille Maestro, sindicalista de FETE-UGT, miembro de la ejecutiva del PSOE de Gijón y concejal de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Gijón

«Lo que tenemos claro es que cada actuación urbanística que se planifica se debe acompañar de suelo para uso educativo» Justo Vilabrille, nacido en Fonsagrada (Lugo, 1948), casado y padre de tres hijas, lleva año y medio en la concejalía de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Gijón tras una dilatada experiencia sindical en la enseñanza.

«Los padres tienen derecho a la elección de centro, sí, pero eso no puede ser nunca un valor absoluto»