La futura estación intermodal de Moreda va a ser «semisoterrada», según término literal empleado por el consejero de Infraestructuras del Principado, Francisco González Buendía, durante una charla que sobre sus materias ofreció en la sede del PSOE gijonés.

Pues bien, aunque el semisoterramiento también ha sido aludido alguna vez por la alcaldesa Paz Fernández Felgueroso, debe de haber un error en alguna parte, pues acudimos al plan especial que contempla la estación y no vemos en ningún párrafo referencia a enterramiento parcial alguno.

Al contrario, reconoce dicho documento -aprobado ya en trámite inicial por el Ayuntamiento- que «no es competencia del presente plan especial la formalización del edificio de la estación intermodal», aunque en su momento «se determinarán en ordenanzas específicas las condiciones de forma de aquél (edificio), de tal manera que se asegure la unión Norte-Sur a través de la cubierta de la estación intermodal independientemente de su concreción formal».

Es decir, el Ministerio de Fomento y los organismos y operadores ferroviarios tienen -ahora y, previsiblemente, en el futuro- las manos libres para diseñar la estación, pues el plan no establece ya una mínima normativa. Suena a broma doble predicar el semisoterramiento cuando el plan especial ni siquiera determina unas características mínimas de la estación. Por otra parte, a la noticia de que en Vigo van a tener estación totalmente soterrada (como sucederá en Palencia, o en Valladolid), se suma ahora el interés renovado de la ciudad de Madrid por soterrar la estación de Chamartín. Esto nos deja doblemente perplejos, ya que Gijón al Norte o el solemne edil Pedro Sanjurjo se han extenuado manifestando que la Alta Velocidad no llega nunca a estaciones soterradas, y, por tanto, Gijón no ha de ser una excepción a las instalaciones en superficie. Sin embargo, la villa de Jovellanos sí va camino de ser una excepción con respecto a lo que otras ciudades demandan con mayor firmeza y consiguen del Ministerio de Fomento. Y hay, además, otra excepción en camino: un excepcional tratamiento y desafío de la ley de la gravedad, pues lo único que el plan especial propone para Moreda es «una cubierta formada por plataformas ajardinadas a modo de topografía artificial con distintas rasantes ascendentes que, al tiempo que definen los espacios interiores de tren y autobuses, funden los espacios verdes a ambos lados de la estación». Esto atiende al deseo de que la cubierta del edificio sea transitable hasta para los cojos, pero habrá que ver cómo responden los organismos ferroviarios a esas «plataformas ajardinadas», pues hemos de suponer que, una vez que han suprimido el soterramiento, tampoco se afanarán demasiado en tales virguerías arquitectónicas. Si el Ayuntamiento no ha perseguido ni conseguido una instalación subterránea, no lo vemos con autoridad suficiente para algo más allá de jardineras sobre el tejado.