Pablo GALLEGO

Un edificio con cubierta vegetal e integrado en el entorno del campus será la nueva imagen de futuro del recinto universitario gijonés. De toda la Universidad de Oviedo, «el que más se acerca al modelo de excelencia que buscamos», según palabras del vicerrector de Infraestructuras, José Carlos Rico. Un nuevo modelo de institución «a largo plazo», con centros «más accesibles y sostenibles» que logren unir la Universidad «con la sociedad y las empresas» y la impulsen al siglo XXI.

«La reagrupación de campus es una de las fortalezas de nuestra candidatura al campus de excelencia», aseguró el rector, Vicente Gotor, que el próximo miércoles defenderá en Madrid el proyecto con el que la institución asturiana pretende obtener un sello de calidad europea, en dura competencia con otras catorce universidades públicas españolas. Y uno de sus ases en la manga es un ambicioso «plan estratégico» de reestructuración de campus que marcará el futuro de la institución. Para Rico, encargado de dar los detalles, la idea de Universidad que defiende el Rectorado pasa por reorganizar los campus y el catálogo de titulaciones «con lógica».

El arquitecto responsable de dar un nuevo aire al campus de Gijón, José Bárcena Suárez, destacó la «facilidad» de adaptar el recinto al modelo «didáctico» que unirá los aspectos académicos con la investigación, la sociedad y las empresas. Las ventajas de Gijón son sus «posibilidades de expansión», al estar situado fuera del centro urbano -lo que facilitará un crecimiento «menos traumático»-, y su entorno. Rodeado por el Parque Científico-Tecnológico, la Universidad Laboral y el Jardín Botánico, el campus necesita, según Bárcena, «un impulso que conecte los diferentes edificios» y permita fomentar la «interdisciplinariedad».

Esa será la misión del nuevo edificio proyectado por la Universidad. Un centro que unificará «los servicios científico-técnicos del campus», desde el comedor a la reprografía o la cafetería, «con un centro de empresas y una Casa de las Lenguas», para «enriquecer el tejido económico y social de la ciudad».

La construcción, que surge del suelo y destaca por su cubierta vegetal transitable, irá acompañada de la nueva residencia de estudiantes. Un edificio muy demandado por quienes llegan a estudiar a Gijón, y que según Bárcenas «dotará al campus de todos los servicios que ahora le faltan». El «ensamblaje de la Universidad con la ciudad» vendrá dado, según el arquitecto, por la incorporación a la circunvalación de la N-632.