J. M. CEINOS /

Inés MONTES

El fallecimiento, ayer por la mañana, de José María Peláez Prieto, «Peltó», deja a Gijón sin otro de sus cada vez más escasos personajes de la lista de los populares locales que durante décadas imprimieron el carácter de la ciudad y su idiosincrasia. Peltó, conocido en su juventud como «Cabeza de Hierro» en los ambientes de la lucha libre, llevaba varios días ingresado en el Hospital de Cabueñes aquejado de una grave enfermedad linfática que se le había diagnosticado muy recientemente. Falleció pasadas las ocho de la mañana. Tenía 85 años.

La capilla ardiente quedó instalada en la sala número 12 del tanatorio de Cabueñes. El funeral de cuerpo presente se oficiará a las cinco de la tarde de hoy en la iglesia de San Pedro Apóstol. A continuación, los restos mortales de Peltó serán incinerados. José María Peláez estaba casado con Elena Blanco Mieres y tenía tres hijos: Luis Diego, María del Rosario y José María.

La alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, que ayer se encontraba en Madrid para recoger un premio concedido al Ayuntamiento, mostró su pesar por la muerte de Peltó, «al que conocí en la época predemocrática, cuando ambos militábamos en el Partido Socialista Popular» fundado por Enrique Tierno Galván, la figura política tal vez más respetada por José María Peláez Prieto. «Quiero transmitir un recuerdo cariñoso para Peltó», terminó la Alcaldesa.

Con su habitual gorra marinera, Peltó fue un enamorado de la mar. Ese amor quedó patente durante las dos últimas décadas de su vida con el apoyo incondicional que dio al Museo de Anclas Philippe Cousteau de La Peñona, en Salinas. Peltó participó activamente durante años en la Cofradía de la Buena Mesa de la Mar de Salinas y posteriormente en la Asociación Amigos del Museo de Anclas, dos proyectos que promovió su gran amigo Agustín Menéndez Prendes, «Santarúa».

La muerte del periodista candasín, aunque afincado en la comarca avilesina desde hacía años, ocurrida en febrero pasado, fue un duro golpe para Peltó, que siempre estuvo al lado de Agustín Santarúa en todas aquellas iniciativas que tenían de fondo el amor a la mar.

José María Peláez acudía cada 28 de junio a La Peñona en el aniversario de la muerte de Philippe Cousteau, al que glosó en innumerables ocasiones. En junio de 2008 fue la última vez que acudió a La Peñona con su amigo Agustín Santarúa. Desde lo alto del mirador desde el que se divisa la inmensidad del Cantábrico Peltó arrojó flores al mar en recuerdo de Philippe, hijo del oceanógrafo Jacques Cousteau y muerto en un accidente aéreo en Lisboa en 1979.

Pero donde Peltó mejor se encontraba era en su Gijón de adopción, donde llegó a ser un auténtico héroe local en su condición de campeón de lucha libre. Fueron célebres sus combates en las viejas instalaciones del Grupo Covadonga, en la plaza de toros de El Bibio, en el Continental o en el Parque Japonés. También, en su calidad de campeón, luchó por toda España.