C. JIMÉNEZ

«No tienen razón, el mensaje que han dado es totalmente falso». Con estas breves palabras el rector, Vicente Gotor, se pronunciaba por primera vez sobre las protestas de la Escuela de Peritos, que han desembocado en la dimisión del director, Joaquín Mateos. «Ni se va a cerrar el centro ni se va a anular ningún convenio», enfatizó Gotor, quien eludió ayer, de viaje en Madrid, valorar la renuncia, al no tener constancia de la recepción del documento. «Cada uno tiene su responsabilidad», se limitó a decir. Eso sí, recordó para los descreídos con el proyecto de la futura Escuela Politécnica de Gijón que no hay marcha atrás, «porque es un sinsentido mantener dos escuelas abiertas con el mismo grado».

El equipo directivo dimisionario justificó su decisión ante la junta de Escuela como consecuencia de la «imposición, indefinición y precipitación» que caracterizan la propuesta rectoral para unificar las tres escuelas de Ingeniería de Gijón, y con el fin de salvaguardar su «dignidad» y «coherencia» ante la imposibilidad de trabajar en un proyecto en el que «no creemos» ni están de acuerdo en colaborar con unas personas «en las que no confiamos».

En su despedida, Mateos señaló que la memoria justificativa presentada es «absolutamente insuficiente», ya que, a su juicio, trata de justificar un supuesto ahorro económico mediante la eliminación de cargos directivos, sin definir quién les va a sustituir y «sin analizar de forma sosegada su repercusión en la calidad de la docencia y en la gestión». La pérdida de la secretaría y del equipo directivo en el edificio de Peritos o la intención de concentrar la biblioteca y la biblioteca de proyectos conlleva alejar estos servicios de los usuarios, aseveró Mateos. Agregan en su argumentación que algunas de las titulaciones que se incorporarán al centro único tienen muy poco en común y en otros casos compiten en la vida profesional.

Además, consideran que la simultaneidad de este proceso con la adaptación de los estudios universitarios al espacio europeo de la educación superior «ocasionará importantes interferencias con la puesta en marcha de los nuevos grados», según explicó ayer el director dimisionario.