Eloy MÉNDEZ

-¿Cómo nace Lactenatur y por qué?

Jovita Prendes. Nos reunió un amigo común que sabía que las dos ganaderías teníamos ganas de hacer cosas nuevas. Somos dos matrimonios que queríamos innovar y dar un paso al frente porque las circunstancias actuales de nuestro sector, dirigido por grandes industrias lácteas, son simplemente insostenibles. Por eso, o te planteas cerrar el negocio o te buscas la vida como puedes. Así nació Lactenatur y su producto D'aldea.

Ana García. En nuestro caso, no nos llegamos a plantearnos en serio cerrar, aunque la situación a día de hoy es insostenible. Los costes de los insumos, de la Seguridad Social y el mantenimiento de una explotación suben todos los años. Tenemos un dineral invertido en la ganadería, pero cuando llega el final de mes y haces números te das cuenta de que te queda un sueldo bastante más inferior que el de cualquier peón. No es que vivamos una situación de pura supervivencia, pero sí que estábamos obligados a buscar otras alternativas para seguir adelante. Eso hicimos.

-¿Este tipo de productos son la única alternativa al modo de comercialización dependiente de las grandes industrias lácteas?

A. G. Este tipo de productos nacieron hace poco en España. En otros países de Europa existen máquinas expendedoras desde hace mucho más tiempo. En países como Suiza, por ejemplo, desde principios del siglo pasado. Nosotros pensamos que si esa comercialización prosperó en otros lugares, también podía hacerlo aquí.

-¿Encontraron muchas trabas administrativas para fundar su propia empresa familiar?

J. P. Nosotros encargamos la idea a una empresa de ingenieros técnicos gijoneses que se involucró al cien por cien en el proyecto, sobre todo, en su tramitación. Además, también contratamos una empresa de comunicación para llevar el tema de la publicidad, que gira en torno a nuestro concepto de marca, que es un producto natural y de muchísima calidad. Eso nos facilitó mucho las cosas.

-¿Cuáles son las garantías sanitarias de la leche recién ordeñada?

J. P. Sin entrar en tecnicismos, lo que podemos decir es que cada vez que se carga un tanque de leche en mi casa o en la de Ana, se lleva una muestra al Laboratorio Interprofesional Lechero. Además, evidentemente, no vamos a tirar piedras contra nuestro propio tejado. Hemos montado una empresa propia y nos jugamos mucho cada día, porque queremos que nuestra leche llegue al mayor número de consumidores posible y que tengan una buena percepción de ella.

A. G. Para abrir una empresa tienes que conseguir un registro sanitario, que te obliga a cumplir una serie de normas. Todo el mundo, si quiere, puede comprobar nuestro registro sanitario, que garantiza el cumplimiento de esas normas, está colocado en la parte superior de nuestras máquinas. No caben dudas sobre sus condiciones.

J. P. Nuestra leche es natural, tal como sale de la vaca. El único proceso al que se somete es la pasteurización, algo que exige la ley. Además, nuestra leche nunca pierde la cadena de frío. Sale del ordeño y se va al tanque enfriador, que pone la leche a cuatro grados. En ese momento se pasteuriza a 72 o 75 grados y regresa a los tanques de frío, que viajan en un camión equipado para mantener esta cadena de frío. Por lo tanto, la leche llega a cuatro grados a la máquina expendedora. Después la leche dura en la nevera entre tres y cinco días, sin ningún tipo de problema.

-¿Vender el litro de leche a un euro resulta competitivo?

A. G. Nosotros vendemos calidad. No creemos que eso nos reste clientes, todo lo contrario. Lo que deberá preguntarse el consumidor es si la leche del día que ve en los supermercados es igual que la leche que nosotros ofrecemos. Nuestra leche cuenta con las propiedades físicas y químicas que tiene la leche de vaca y por eso no está ni enriquecida ni rebajada ni batida ni con soja ni con calcio ni con nada de nada. Lo que damos es leche de vaca natural, fría y de calidad.

J. P. Las leches enteras que ofrecen las grandes industrias llegan al supermercado sin mantequilla, sin suero... y, encima, la grasa se la añaden aparte. Lo nuestro es leche de vaca sin manipulación ninguna. No hay motivo para que nadie recele de las cualidades sanitarias del producto.

-¿La venta de leche natural es el futuro de las ganaderías asturianas?

J. P. No lo sé, pero no lo veo muy fácil, porque este tipo de proyectos suponen un coste elevadísimo. Nosotros llevamos ocho meses trabajando en esto y hemos dedicado mucho esfuerzo y mucho dinero. No sé si todo el mundo está dispuesto a realizar este sacrificio.

-¿Tienen pensado dedicar toda su producción a D'aldea?

A. G. Si dependiera de nosotros, dedicaríamos el cien por cien de nuestra producción a D'aldea. Por el momento, desgraciadamente, no es así.

J. P. Tenemos previsto vender unos cuatrocientos litros de leche diarios con D'aldea de una producción que ronda los dos mil litros diarios, aproximadamente. El resto lo seguiremos destinando a grandes industrias lácteas, peros nos gustaría que en un futuro toda la producción se dedicara a nuestro propio producto.

-También tienen previsto comercializar su producto para grandes consumidores. ¿Cómo?

A. G. Estamos hablando de confiterías, de restaurantes que hagan postres caseros... Esta leche se vende con toda su nata y su mantequilla, por lo que es muy adecuada para la elaboración de productos artesanos. Nuestra leche no tiene nada que ver con la del tetrabrik.

J. P. Nosotros queremos hacer llegar la leche de toda la vida al mayor número de establecimientos posible, y para eso llegaremos con nuestros camiones hasta donde nos lo soliciten nuestros clientes. Hemos eliminado los intermediarios.

-El cierre de ganaderías no cesa. ¿Es el temido fin del campo?

J. P. Muchas ganaderías se están planteando el cierre. Estamos viviendo la situación más crítica del sector en décadas, con mucha diferencia. A día de hoy las industrias te pagan lo que les da la gana.

A. G. La situación cada vez empeora más. La industria asegura que en los últimos años ha bajado el consumo de leche, pero la producción española es insuficiente para cubrir la demanda, y la Unión Europea nos impone una cuota, de tal forma que importamos leche de más allá de los Pirineos, que viene de países deficitarios que parece que han sabido hacer mejor las cosas que nosotros.

-¿El ganadero está supeditado al dictado de las grandes industrias?

J. P. Nosotros estamos intentado salir con nuestro proyecto de este círculo vicioso. Las industrias tienen atrapados a los ganaderos, porque entre ellas hay pactos tácitos para fijar los precios. Además, no te dejan moverte, no te dejan cambiarte de una para otra.

J. P. Prefiero que nos quiten todas las subvenciones a cambio de que se pague por la leche un precio razonable.

-¿El plan de ordenamiento urbano del Ayuntamiento respeta las explotaciones ganaderas?

A. G. Si el Ayuntamiento quiere que siga existiendo la actividad agrícola y ganadera, entonces deberá redactar un planeamiento urbanístico que favorezca ese tipo de actividad. Es decir, el Plan General de Ordenación Urbana debe garantizar que vamos a disponer de suelo para desarrollar nuestra actividad, de lo contrario se nos condena a la incertidumbre o a la desaparición.

«Con nuestro producto nos la jugamos todos los días, no caben dudas sobre sus condiciones sanitarias»

«El plan urbano debe garantizar suelo para nuestra actividad; si no, se nos condena a la desaparición»

El producto:

El producto que comercializa Lactenatur se llama D'aldea. Se trata de leche recién ordeñada y sometida a un mínimo proceso de pasteurización.

La empresa ha instalado dos máquinas expendedoras para acercar su producto al pequeño consumidor: una en el centro comercial Los Fresnos y otra en el mercado del Sur. El precio de la leche es de un euro el litro.

Lactenatur también comercializará D'aldea en negocios hosteleros, y pretende ampliar su producción en poco tiempo.

Perfil:

Ana García, de la ganadería Solana (Cenero) y Jovita Prendes, de Tonjovi (Serín), fundaron hace unos meses junto con sus maridos la sociedad Lactenatur, primera empresa gijonesa que se dedica a la comercialización de leche recién ordeñada a través de máquinas expendedoras. Una iniciativa que nace como alternativa a la actual situación del sector lácteo, muy dependiente de las grandes compañías.