R. GARCÍA

Desde que en el año 2005 la Dirección General de Carreteras del Principado de Asturias comenzara a señalizar los denominados como «tramos de concentración de accidentes» ya se han localizado quince puntos negros en la red viaria asturiana. Tres de ellos están «en vías de solución» con la construcción de caminos alternativos o la mejora de las zonas conflictivas. En el resto, los otros doce puntos, los responsables regionales harán «paulatinas mejoras».

Cuatro de esos tramos que siguen siendo peligrosos se encuentran en la zona rural del concejo de Gijón, en las carreteras AS-248 (Gijón-Pola de Siero), AS-247 (Gijón-alto del Infanzón), AS-19 (Gijón-Avilés) y AS-326 (Tabaza-Tremañes). Y en algunos de esos puntos, de cuya peligrosidad cada cierto tiempo se hacen eco los vecinos, se ha iniciado una señalización específica y muy elocuente. Es el caso del tramo de 2,9 kilómetros de la carretera de Pola de Siero en dirección a Gijón, exactamente el comprendido entre Vega (antes de la desviación a Vegapresas y Santurio) y Granda (justo en el puente sobre la Autovía Minera).

En dicho tramo, que ahora está considerado como de concentración de accidentes y como tal se advierte a los conductores, se han ido sucediendo en los últimos años diversos problemas de tráfico, asociados a la velocidad, en algunos casos al alcohol al volante y también al hecho de que se trata de una vía estrecha en algunos puntos, con viviendas a ambos lados de la carretera y el consiguiente tránsito de peatones. De hecho, uno de los accidentes más graves registrados ocurrió cuando una mujer que esperaba el autobús en la parada de Granda fue arrollada mortalmente por un vehículo. Otras colisiones, con mayor o menor gravedad, han sido constantes cada cierto tiempo.

Los responsables del mantenimiento de las carreteras asturianas localizan los puntos más conflictivos teniendo en cuenta «el aforo de las vías, la siniestralidad que presentan y la cercanía que tienen con los núcleos urbanos».

El Gobierno regional gastó en el inicio del plan 60.000 euros en señalizaciones. El objetivo es concienciar a los conductores para que moderen su velocidad en estos tramos, de los que hay un total de 776 en toda España. Además, gracias a este proyecto, el Principado cumple con la normativa europea sobre gestión de la seguridad de las infraestructuras. El Ministerio de Fomento, por su parte, recomienda, entre otras medidas, agrupar los puntos de concentración de accidentes para evitar la redundancia de las señales y evaluar periódicamente su eficacia en el comportamiento de los conductores.