Eloy MÉNDEZ

«Los que queríamos un nuevo Musel hemos ganado la batalla a los que querían hundir las piedras en el fondo del mar». Vicente Álvarez Areces hizo ayer un decidido alegato a favor de las obras de ampliación de la dársena gijonesa durante la inauguración de una exposición en la antigua rula que recorre las aportaciones de la Autoridad Portuaria a la ciudad en los últimos 25 años. El presidente del Principado adoptó un tono emotivo para defender la «gran transformación que ha sufrido Gijón gracias a los sucesivos gobiernos de progreso y a la sintonía entre Puerto y administraciones». Una relación «que no siempre ha sido buena», añadió en relación al período de Gobierno de José María Aznar. Este acto abrió simbólicamente las celebraciones del «Día marítimo europeo», que finalizarán el jueves.

«De los 25 años que recoge esta muestra, 23 forman parte de mi historia política, de mi trabajo, mi entrega y de la de mucha otra gente», señaló durante un discurso plagado de alusiones al pasado y a la herencia que dejó como alcalde de Gijón y que dejará como presidente regional. Areces pidió a los asistentes que echaran «la vista atrás para recordar la ciudad que nos encontramos» para después compararla «con lo que hay en la actualidad». «Logramos aquella enorme transformación en momentos de una crisis económica mucho más dura que la presente, con movilizaciones en la calle y con pocos recursos», dijo. «Ha merecido la pena porque construimos riqueza sobre la ruina», sentenció apasionadamente tras lanzar una pregunta al auditorio: «¿Cómo estaban hace treinta años el paseo de Rodríguez Sampedro y Cimadevilla?» Después, defendió la política urbanística en la costa asturiana y la puesta en marcha de la regasificadora, que «diversificará la oferta energética de España».

La exposición, que ayer abrió sus puertas en la antigua rula hasta el mes de octubre, recoge una colección de fotografías e imágenes de vídeo que resaltan las transformaciones urbanas protagonizadas por el Puerto. Grandes obras como la construcción del puerto deportivo o las playas de Poniente y El Arbeyal comparten espacio con las actividades culturales y sociales organizadas desde 1985. «Es una muestra que aúna todas las grandes actuaciones de El Musel», indicó el presidente de la Autoridad Portuaria, Fernando Menéndez Rexach, tras recordar que esas obras posibilitaron el año pasado que la terminal gijonesa recibiera el primer galardón entregado por la ESPO, una organización europea que agrupa a 1.200 dársenas del continente. «El desarrollo del puerto siempre ha querido contribuir a la dinamización del tejido industrial asturiano», dijo tras referirse a la importancia de la ampliación y a la apertura de la autopista del mar Gijón-Nantes.

Por su parte, la alcaldesa Paz Fernández Felgueroso argumentó que «Gijón no sería nada sin el puerto y el puerto necesita a su ciudad». Tras los discursos, las autoridades visitaron la exposición y una pequeña carpa anexa donde se ha instalado una piscina en la que nadan los peces-robot que vigilarán la contaminación de las aguas de El Musel gracias a un proyecto pionero a nivel mundial. En ese momento, Fernández Felgueroso y Álvarez Areces protagonizaron la anécdota del día al sacar uno de los prototipos del agua para hacerse una foto. Acto seguido, dejó de funcionar.