Miriam SUÁREZ

Asturias ha echado sus raíces en la garganta de Anabel Santiago. Disco tras disco, su voz permanece en lo alto de la tonada. Sin embargo, «tenía en mente algo que nunca acababa de hacer»». Hasta «Agora», su nuevo trabajo discográfico, con el que ha experimentado «una metamorfosis instrumental y de imagen», explica la cantante.

Ayer, en el Jardín Botánico Atlántico de Gijón, Anabel Santiago presentaba el repertorio que le ha permitido ir más allá en su carrera, recuperando la faceta de compositora y potenciando la música tradicional asturiana con esencias pop o incluso rockeras. Se trata, según su autora, de «un disco ecléctico», con el que pretende sorprender al público y a un mercado discográfico algo reacio a lo autóctono.

«Hay temas tradicionales y de autor. Ya sabéis que a mí no me gusta encasillarme», señaló Anabel Santiago durante la presentación de «Agora». En este disco, formado por doce canciones, se ha dejado llevar por «la Janis Joplin que llevo dentro». Pero en su corazón musical siempre hay espacio para la tonada clásica, a la que se dedica desde que era una niña. En palabras de su productor, Héctor Braga, «Anabel trasciende los estilos musicales, y éste es el disco de una cantante que hace lo que quiere».

Como adelanto, interpretaron tres canciones, entre ellas la que da nombre al nuevo disco. Este miniconcierto fue su regalo a los seguidores y amigos que ayer la arroparon en el Jardín Botánico. Un escenario en el que ya presentó sus dos anteriores trabajos y que se ha convertido en fetiche para la cantante.

Entre los asistentes, la concejala de Medio Ambiente, Dulce Gallego, que no sólo destacó la vertiente musical de Anabel Santiago: «El disco se llama "Agora", pero bien podría llamarse "Ágora", porque Anabel sabe de las causas solidarias de las mujeres y sabe estar a la altura de las circunstancias cuando lo requieren». Dos motivos por los que, a juicio de la edil socialista, la mejor voz de la tonada -consideración que ha recibido durante varios años consecutivos- «merece un espacio en la canción».

Lo luchará con un «espectáculo contundente pero elegante», que «aportará algo nuevo» a un panorama muy condicionado por lo puramente comercial. «Agora» se gestó en Mieres y sale al mercado como «un pata negra» de la discografía asturiana. Incluso la reivindicación lingüística encuentra soporte en una de las letras, porque «aquí todos somos muy asturianos, pero a la hora de la verdad, la llingua está bajo mínimos».

De frente, como «un huracán», así se muestra Anabel Santiago, a ras de suelo y sobre las tablas. El mismo talante espontáneo con el que comenta que el disco «nos salió redondo» o que la nueva imagen que luce en la carátula es la de una mujer estupenda.