El Musel quiere ser un puerto de mercancía general, la que más valor añadido deja; pero la Autoridad Portuaria de Gijón no tiene entre sus planes difuminar el perfil energético de la dársena, al contrario. La construcción de la planta de regasificación en terrenos portuarios ganados al mar con la obra de ampliación, adjudicada a Enagás, es una de las apuestas. Hay más. La instalación de la terminal de graneles sólidos en el nuevo muelle norte persigue, entre otros objetivos, hacer de El Musel un puerto de transbordo internacional de minerales.