J. L. A.

La Autoridad Portuaria de Gijón tendrá que recortar sus inversiones un 13 por ciento en tres años, según las directrices fijadas por Puertos del Estado, organismo dependiente del Ministerio de Fomento, para el conjunto de las dársenas que forman parte del sistema estatal, como es el caso de El Musel. Esa reducción forma parte del plan de austeridad del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para rebajar el déficit de la Administración pública.

La petición de Puertos del Estado, que ha empezado a examinar con las autoridades portuarias los proyectos de inversión para el período 2010-2013, coincide con la estrategia de expansión de El Musel, cuya obra de ampliación debe finalizar este año. Su presidente, Fernando Menéndez Rexach, debe enfrentar en los próximos años el desarrollo del superpuerto, una apuesta económica y comercial que exigirá importantes inversiones.

Está pendiente de definir, por ejemplo, el traslado de la actual terminal de graneles sólidos (EBHI), considerada la «joya» de El Musel, al nuevo muelle Norte para concretar el proyecto de una gran instalación de transbordo internacional de minerales. Es una iniciativa que exigirá importantes inversiones, públicas o privadas. Es una iniciativa cuya posible postergación resultaría difícil de explicar después del elevado presupuesto empleado en la ampliación portuaria: 715,6 millones, sin IVA. Como también exigiría una ardua explicación la ralentización de la nueva terminal de líquidos para la regasificadora o la conversión del actual muelle de minerales en una terminal dedicada a la mercancía general. Muchos proyectos en malos tiempos.