C. JIMÉNEZ

Antonio Lana es socio fundador y director de la empresa tecnológica IBC Mass -con sede en Asturias y más de una década de experiencia en su sector- que acaba de iniciar una serie de iniciativas ligadas a la innovación y a la web semántica. El último taller se celebró hace unos días en Gijón focalizado en la web 3.0, en el que ejerció como moderador pero también como buen conocedor de esta tecnología. Lana se define a sí mismo como un tipo muy inquieto, al que le gusta aprender y estar todo el día explorando cómo puede innovar y probar cosas nuevas. Y en esas continúa 18 años después de lanzarse al mercado de las TIC.

-¿Cómo se puede sobrevivir en un entorno tan cambiante como el de las Tecnologías de la Comunicación y la Información?

-Somos renacentistas. Nos adaptamos al entorno. Sabemos hacer un poco de todo pero siempre en el mismo segmento. Viviendo en Asturias, siendo una empresa pequeña y trabajando en web hay mucha competencia en todo el mundo. Lo que tienes que hacer es captar la necesidad del cliente y darle muy buen servicio para que sea fiel. En el momento que tengas unos cuantos clientes ya eres sostenible.

-¿Y después?

-Trabajamos con grandes corporaciones españolas y europeas, algo con Administración, poco, y este año mucho menos, por eso tenemos menos riesgo. Y con organizaciones no lucrativas, pero al haber crisis eso desaparece porque son clientes que se nutren de subvenciones o de donaciones y este año no hay.

-¿También hay crisis para las tecnológicas?

-En Asturias somos un sector tecnológico joven que no está muy cargado todavía de recursos con empresas muy grandes y eso es una ventaja. Cuanto más pequeño seas, más sostenible eres pero no cabe duda que la situación económica está afectando. Pese a todo hay que seguir vendiendo. Como empresario sabes que son cosas que oscilan y cuando son épocas de bonanza tienes que protegerte. Yo no estoy viendo casos graves, se está aguantando, porque la Administración sigue dando negocio y se va a concursos en modo cooperación.

-¿Y qué están haciendo ustedes para sortear el bache?

- Hemos desarrollado una aplicación que nos permite medir en internet lo que dicen de una marca, de una persona o de una organización. Y además nos permite medirlo comparándolo con su competencia.

-¿Qué les queda si falla el mercado?

-Hacer productos de forma conjunta. Hoy nos parece normal pero hace seis años no hubiera sido posible. El próximo paso es hacer las cosas de forma conjunta pero para eso hay ponerse desnudo ante el otro y a todo el mundo no le gusta.

-Pero las TIC son un sector donde mandan las relaciones de cooperación.

-Lo primero de todo hay que conocerse y eso ya lo hemos hecho, pero después hay que ir de forma conjunta a buscar nuevas oportunidades. Y en esas estamos. Pero aquí hay dos ramas: los que apostamos por las tecnologías de fuentes abiertas, que lo tenemos más fácil para enseñar los códigos y los que apuestan por tecnologías privativas que les cuesta más enseñar su «know-how». Ahí está el quid de la cuestión.

-¿Se ven capaces de competir fuera?

-Yo creo que tenemos buena imagen. El sector está unido y asociado, hacemos piña y somos serios. Está claro que hay un nicho de conocimiento en la región que habría que cuidar y potenciar. El tejido está hecho y ahora lo que queda es producir más dándonos oportunidades. IBC Mass lleva cuatro años haciendo eso, colaborando con centros de investigación suprarregionales, que es lo que nos está permitiendo tener productos innovadores y anticiparnos a las tendencias que el mercado está generando.

-¿El capital humano llega bien formado la empresa?

-Yo creo que somos una región que preparamos buenos profesionales, los formamos bien y tenemos buenos profesionales en las empresas, dónde se les exigen unas competencias. Y después somos un buen sitio para los que quieren volver, que creo que es bastante inteligente. De hecho yo tengo gente que ha hecho la vuelta o gente de mundo que trata de escapar del estrés de las ciudades y busca una vida con más calidad en la periferia. Pero desde aquí se pueden dar servicios igual de buenos que en Madrid, Barcelona, Londres...

-¿Son suficientes esos recursos humanos?

-En nuestra empresa hay ingenieros, humanistas, filólogos, historiadores del arte, periodistas... es decir, técnicos que hacen la producción pero también necesitas consultores especializados que te permitan hacer estrategias y planes. Quizá ahí tenemos una brecha y es donde deberíamos trabajar: en la figura de directivos o consultor senior, que permita hacer proyectos más ambiciosos, porque después el taller lo hace perfecto.

-¿Qué propone?

-Deberíamos trabajar es en la formación de consultores senior y directivos que permitieran que nuestros proyectos o productos fueran más eficaces, que no eficientes, que se desarrollaran en el menor tiempo posible y se pudieran vender mejor.

-¿Cuál es el próximo cambio tecnológico?

-Para mí la tecnología es un medio, al final lo que tú buscas es entretenerte o ser más eficaz a la hora de trabajar. Se espera que todo lo que ahora tenemos al servicio de los profesionales de las empresas dé el salto al hogar. Ahora mismo no es de gran consumo porque en nuestro entretenimiento, en nuestra vida cotidiana, tenemos un hogar multipantalla. Al final todo se acabará integrando en una única pantalla donde probablemente no tengas ni teclado y que interactuará por controles biométricos, por voz o por vista. Todo eso será núcleo central de tu casa. Eso en diez años ya será de consumo doméstico y será cuando realmente se gane muchísimo dinero porque uno de los indicadores de la economía es el consumo privado. La clave está en concentrar la tecnología en los sitios donde estén las personas.

-Cambian los soportes, ¿y las tecnologías?

-Internet lo ha cambiado todo. Antes todo estaba en un servidor que tú controlabas en una sala para que tuvieras un acceso más rápido a la información, se pudiera actualizar y estuvieras seguro de que lo que había ahí dentro no lo conocía nadie pero nos dimos cuenta que eso era algo absurdo porque todos estamos haciendo lo mismo, pagando el coste de instalación, implantaciones ... y eso no es sostenible, ecológico ni nada.

-¿Cuál sería ese sistema más sostenible?

-Ahora todo eso lo puedes alojar en servidores de terceros que están por todo el mundo, es la «nube o el «cloud computing». Nos ahorramos el coste del servidor, de licencias, de reciclaje a los trabajadores al cambiar de organización. Las empresas se están dando cuenta que todo eso aminora los costes generados de la tecnología y los contenidos. Nosotros ya sólo trabajamos en la «nube». Además, hay menos contenidos «piratas» porque es tecnología de fuentes abiertas. El negocio no es el software sino darte el servicio. En eso Google ha sido el gran visionario, y por eso Microsoft tiene problemas y ahora saca un paquete ofimático en la «nube» casi gratis. Esas granjas de servidores por todo el mundo que empezaron en Google dan mejor resultado.

-¿Cuáles eran los objetivos del taller web 3.0?

-Lo que pretendía era provocar o estimular a las empresas un interés a fabricar todos juntos algo nuevo sobre una misma tecnología. Ahí unos estábamos más avanzados en la tecnología y otros querían aprender. Fue un debate abierto y muy democrático porque participaron todas las empresas.

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