Ángel CABRANES

La decimosexta edición del «Euroyeyé» se cerró ayer con un rotundo éxito de público y de organización. Así lo reconoce Félix Domínguez, director del festival, quien cifra en «más de 3.000 las entradas vendidas para los conciertos programados» y valora el resultado como «similar al del año pasado. Parece que la crisis no ha llegado a los amantes de los sesenta». La última de las ocho actuaciones musicales organizadas por el certamen gijonés corrió a cargo del grupo inglés «The Shoestrung» en la sala Savoy.

«Continuamos siendo la referencia internacional de festivales que reivindican la estética "mod", junto al "Le Beat Bespoke" que se organiza en Londres», afirma satisfecho Félix Domínguez. El numeroso interés que ha mostrado el público en base a las propuestas desarrolladas por el certamen ha vuelto a confirmar la buena acogida con la que cuenta en Gijón. «Aunque la mayoría de los visitantes han sido españoles, ha llegado gente de lugares tan lejanos como Estados Unidos o Brasil», explica sorprendido Domínguez. A la hora de hacer una valoración de los espectadores europeos, desvela que «los ingleses han sido los más numerosos».

El «Euroyeyé», que comenzó el pasado jueves en la plaza mayor con el concierto de Martha Reeves, vivió su momento más multitudinario el sábado, en la discoteca Oasis, con la actuación del músico de soul Tommy Hunt. «Resultó muy emotivo contemplar cómo un hombre de 77 años continúa conservando una voz increíble», advierte el director. Otra de las citas con más tirón entre los asistentes fue la del grupo español «Wau y los Arrrghs!!!», «parecía que el escenario se iba a venir abajo», explica Félix Domínguez. El «Euroyeyé» pone fin así a una edición en la que no sólo la música fue la protagonista. Durante cinco días también se pudieron contemplar tres exposiciones en el Antiguo Instituto, que continúan abiertas, un ciclo de cine y una concentración de motos de las marcas Vespa y Lambretta.