Pablo TUÑÓN

Cuando se pasea con melodías de Chopin, Beethoven o Bach de fondo, no cabe duda de que el placer es doble. Esta experiencia se convierte hoy en una realidad gracias al maratón de piano en el paseo de Begoña que abre el XI Festival Internacional de Piano de Gijón. El once es el número protagonista del evento, ya que once serán las horas que dure el maratón, que comienza a las 11.00 horas, y que conmemora la undécima edición del festival gijonés. Aunque no serán once, sino cerca de 60 y venidos de todo el globo terráqueo, los artistas que pasen por el piano de cola situado en el quiosco de uno de los paseos más emblemáticos de Gijón.

«Tratamos de conseguir que el festival tenga una repercusión importante en la ciudad», señala Óliver Díaz, director artístico y fundador del festival. Díaz, que también dirige la Orquesta Sinfónica Ciudad de Gijón, asegura que con el maratón también pretender acercar la música clásica al pueblo. «La juventud tiende a vernos como si fuésemos un punto rancios o medio locos. Hay que hacerles entender que la música clásica es una forma más de comunicación y que puede formar parte de la vida diaria», apunta Díaz. «Para romper con esa visión conservadora, eliminamos la parte protocolaria de las actuaciones en salas», añade el director artístico, que señala varios alicientes a la interpretación en la calle como «algunos agentes externos, por ejemplo, el ruido de las obras».

No es la primera vez que desde el festival impulsan esta iniciativa. Si esta vez se llama «11 años, 11 horas», el año pasado era «10 años, 10 horas» y «fue un éxito de público y crítica», según Óliver Díaz. El director de la orquesta sinfónica destaca que se van a tocar «todos los estilos habidos y por haber». «Además se puede escuchar, por ejemplo, una misma obra de Beethoven tocada por un músico filipino y por otro norteamericano, cuyas interpretaciones no son lógicamente iguales», destaca Díaz, que pretende convertir el maratón en una cita tradicional para Gijón.

China, Corea, Japón, Estados Unidos, Suiza, Grecia o Colombia son algunos de los países natales de los protagonistas de la larga sesión callejera de piano. Cristian del Real es precisamente colombiano y será uno de los que actúe más tiempo ante los paseantes gijoneses. Durante cerca de 30 minutos interpretará algunas obras como «Preludio y fuga», de Bach o «Balada n.º 4», de Chopin. Al igual que Óliver Díaz, Cristian encuentra muchas diferencias entre la actuación en la calle y la de salón. «Tiene otra manera de proyectar la música. Rodear de música a la gente en una plaza o sitios populares es una experiencia muy bonita», señala Del Real, que estudia música en Bogotá y visita España por primera vez. También es su primera experiencia como pianista en la calle. «El público es muy diferente. Esto está enfocado más hacia la gente que nunca ha escuchado esta música y se puede interesar por ella y adentrarse en el mundo de la música clásica», explica el artista colombiano, que a sus 21 años tiene un prometedor futuro.

El madrileño Jesús Sierers no viene de tan lejos como Cristian del Real, pero también es la primera vez que participa en un maratón de estas características. «Va a ser una buena experiencia para rodarnos», señala Sierers, que va a interpretar, entre otras, «La isla alegre» de Debussy. Sus melodías ambientarán durante 25 minutos el paseo de Begoña. «Al ser un entorno con verde y muy bonito, la experiencia es muy agradable», apunta este músico de 24 años, que reconoce que puede haber elementos que le despisten como el aire o la luz del día. Sierers opina, sin embargo, que en la calle se actúa «más relajado y con menos presión» que en un recinto cerrado.

Ellos dos son tan sólo una pequeña representación de los cerca de 60 artistas que engalanarán el paseo gijonés con sus melodías durante once horas. Todo un lujo para el paseante.