E. M. / M. C.

A pesar de que la crisis económica sobrevoló desde un primer momento sobre la quincuagésima cuarta edición de la Feria Internacional de Muestra de Asturias (FIDMA), el presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, Luis Arias de Velasco, hizo este fin de semana un balance positivo de la actividad comercial. «No estamos en absoluto quejosos del desarrollo, tanto por asistencia de público como por expositores, según los sondeos que hemos realizado. Parece que la cosa ha funcionado bien, pero tampoco de una forma espectacularmente distinta a como funcionó el año pasado», señaló el máximo dirigente cameral. En este sentido, pronosticó que el número total de visitantes, que se conocerá hoy, será similar al de 2009, cuando se superó la cifra de los 700.000.

Con similar prudencia se expresaban ayer algunos de los comerciantes más veteranos de la Feria, como Cheli Díaz, que desde hace varios años trabaja en el stand que Thermomix tiene en el pabellón central. «Vamos a superar claramente las cuatrocientas ventas, lo que no está nada mal», comentaba durante la mañana de ayer. Por eso, añadía que «nos iremos satisfechos, aunque también hay que reconocer que este año hemos visto menos visitantes que otros y que, en general, cuesta más convencerles» para que se rasquen el bolsillo. E insistía en que «a principios de mes, la gente estaba bastante más animada a la hora de soltar el dinero que durante los últimos días de feria».

Unos datos que los responsables de la organización no pueden contrastar, ya que cada empresario hace sus propias cuentas. Aún así, según el director de la Feria, Álvaro Muñiz, «esta edición ha sido mucho mejor de lo que se esperaba». Como «prueba del algodón» pone sus paseos por el recinto Luis Adaro. «Nadie se dirige a mí para contarme que le cobran mucho de luz, que hay algún problema de limpieza o que al stand le falta un metro. Esto quiere decir que la gente está a lo que está, que es vender», comentó antes de la clausura de este domingo. Además, señaló que «en algunos casos podemos asegurar que ha habido más ventas que el año pasado». A modo de conclusión, Muñiz destacó que, pese a la difícil coyuntura económica, «a la gente se le ha visto más alegre que en otras ocasiones».

También «moderadamente satisfecha» echaba el cierre ayer a su puesto de bisutería el ovetense Alberto González. «Todos somos conscientes de cómo está a día de hoy la cosa y, por eso, no le podemos pedir peras al olmo», subrayaba, antes de añadir que «no debemos quejarnos demasiado, estoy convencido de que la mayoría de nosotros ha vendido más durante la feria que en nuestro puesto habitual. Ahora lo que nos toca es espera a que vuelvan las vacas gordas. Aunque creo que va para largo».