C. JIMÉNEZ

La Escuela de Trabajo Social, integrada ya en la nueva Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales de la Laboral pero todavía con docencia para segundo y tercer curso de los planes vigentes, inicia hoy el curso académico en medio de una gran incertidumbre. Las estrecheces presupuestarias marcan el arranque de las actividades didácticas y también el futuro del equipo de profesores y de la propia titulación. La máxima responsable del centro hasta el pasado mes de junio, María José Capellín, se refirió ayer a la complicada situación de la extinta escuela, con serias dificultades económicas para pagar la nómina de los que todavía son sus trabajadores. «Habrá que acudir a una subvención extraordinaria (del Ayuntamiento de Gijón) para cerrar el ejercicio». subrayó la docente.

La vieja Escuela de Trabajo Social, con más de medio siglo de historia y trasladada a las instalaciones de la Laboral a finales de 2006, pierde este año una fuente importante de sus ingresos: las matrículas. Un 50% del presupuesto del centro procedía del abono de esas tasas de los alumnos pero la desaparición del primer curso para la implantación del grado en Trabajo Social (dentro de la oferta académica de la Facultad de Ciencias Sociales) menguará sustancialmente las cuentas del centro. «Se hará notar de cara al cierre del ejercicio presupuestario», indicó Capellín.

Igualmente, la plantilla docente, integrada por 20 personas el curso pasado, se verá reducida a 12. El compromiso de la Universidad de Oviedo es integrar en su nómina para el próximo años a la mitad de ellos. Pero ni tan siquiera ese compromiso es firme porque con el curso académico recién iniciado aún no se ha formalizado por escrito el acuerdo de adhesión con la institución académica.

Capellín mantiene, no obstante, que no habrá, como se prevía inicialmente, una gran fuga de estudiantes de los planes actuales a los estudios de grado. De hecho, sólo para segundo y tercer curso, hasta ayer, estaban matriculados 410 estudiantes, a la espera de contabilizar las últimas inscripciones de septiembre. «Estamos muy sorprendidos porque parece que existe mucho apego a la Escuela. Nuestros alumnos han optado masivamente por terminar la diplomatura», subrayó la ex directora.

La docencia para los estudiantes de segundo y tercer curso y las tutorías para quienes tengan asignaturas pendientes de primero, ya sin docencia, arrancan hoy. Será un curso difícil, reconoce Capellín, porque las cosas van «más despacio» de lo que se esperaba. «Lo que más nos interesa es garantizar la docencia a nuestros alumnos, y eso se ha hecho, pero también disponer de una alternativa profesional para el personal», agrega. Esto último todavía está por ver.