Teté F. BALSEIRO

El III Campeonato de pinchos de Gijón concluyó con un recuento espectacular en cuanto a participación de establecimientos y degustación de propuestas. Fueron 49.300 las consumiciones que el público fue probando día a día en los ochenta y cuatro restaurantes, sidrerías y cafeterías participantes en el certamen.

Noelia Menéndez, gerente de la Sociedad Regional de Turismo, declaró ayer que Gijón «ha superado con creces» a otras localidades en cuanto a participación en el certamen, que se ha convertido en un reclamo turístico de lo más atractivo.

De igual forma se manifestó José María Pérez, concejal de Promoción Económica, Turismo y Empleo ante los restauradores presentes en la entrega de premios, que tuvo lugar en el hotel Tryp Rey Pelayo. Pérez no dejó de recordar las veintiuna citas gastronómicas que hay previstas para el año que viene, en los que se invertirán uno de cada cinco euros de presupuesto municipal, precisamente porque «una de las mejores bazas de la ciudad», dijo, es promocionar el plan de turismo gastronómico, que está programado hasta el año 2014.

El restaurador Pedro Morán, representante del jurado, insistió en su intervención sobre la importancia de la cocina asturiana y el buen nivel de propuestas de un campeonato en el que se unieron la técnica, la imaginación y el rescate de sabores tradicionales asturianos. «Hay que hacer con productos de poco coste un buen pincho», insistió Morán, «para sacar al público a la calle incluso en época de crisis», concluyó.

La entrega de premios continuó con las menciones especiales del jurado al pincho asturiano, que correspondió a la sidrería Trébole, con su «Oricio explosivo»; a la armonización con la cerveza patrocinadora, que recayó en «Hola, caracola», de la sidrería la Nueva Caleya; el pincho más votado por el público fue el «Don Agaricus Bisporus», de La Bodega de Nájera. Los triunfadores, galardonados con la «Escalerona» de oro, plata y bronce fueron, por este orden: «Bocadito de rabo de res al vino», del restaurante Bellavista; «Bocata astur-celta con mermelada de cebolla al vino de Cangas y salsa afuega'l pitu», de El Jamonar, y «Sabores de otoño», de La Terraza de Viesques.