Luján PALACIOS

En el centro de la tercera edad de Cimadevilla la Navidad llega manufacturada y mimada al máximo. Adornos de toda forma y tamaño, así como un belén de seis metros cuadrados son obra íntegra de los residentes que, con edades que rondan los 90 años, son todos unos expertos en manualidades.

«Tienen una ilusión desbordante, y ya llevan varias semanas trabajando a destajo para tenerlo todo a punto». La coordinadora de actividades del centro, Silvia Torres Carbajo, es la encargada de repartir materiales y tarea entre los ancianos, y no se cansa de alabar la buena disposición de los residentes, 44 en la actualidad.

Los talleres de manualidades que se celebran en horario de tarde han bullido durante el mes de noviembre para crear numerosas figuras de arcilla, modeladas por los ancianos con máxima atención y muy buen pulso. En el belén hay de todo: pastores, ovejas, lavanderas, cuevas, un arroyo y el misterio: la Virgen María, san José y el Niño Jesús. Todos ellos hechos a mano y vestidos con ropas que han confeccionado los residentes. Hasta el rebaño de ovejas cuenta con un mullido pelaje elaborado con delicadeza con madejas de pura lana.

Además, este año, y gracias a la colaboración de algunos familiares de los internos, se han instalado un efecto luminoso de día y noche, así como varios villancicos que acompañan el nacimiento de Jesús.

Se trata, sobre todo, de «que los ancianos desarrollen sus habilidades y estén ilusionados, que tengan motivación», asegura Silvia Torres. Y ellos, todos unos expertos, dejan bien claro que la decoración es cosa suya. Dan fe un árbol de Navidad gigante nevado de pompones de lana colocado a la entrada del centro y un belén que recibe numerosas visitas y que permanecerá abierto hasta después de Reyes.