R. V.

Equilibrar las cuentas del teatro Jovellanos es la prioridad que se han impuesto Carlos Rubiera y Teresa Sánchez como máximos responsables -político, el primero, y de gerencia, la segunda- de la sociedad que desarrolla gran parte de la programación cultural y festiva de la ciudad. Y ese interés en controlar las cuentas ha sido la razón de que, por un lado, se frenara la aprobación de la programación del Jovellanos para el cuarto trimestre del año -que el edil ha considerado insuficientemente justificada en lo económico- y, por otro, que se esté dando marcha atrás en el desarrollo de proyectos que contaban con el aval del anterior gobierno. Caso del concurso de zarzuela de la Fundación Ana María Iriarte y de un encuentro musical previsto para este fin de semana.

El concejal Carlos Rubiera intenta de esta manera poner límites a la situación de números rojos que asegura se vive en el Jovellanos a causa de, explicó en una entrevista radiofónica en Onda Cero, «una administración de los recursos y de la gestión caótica». Para el edil casquista, en el teatro Jovellanos se tiene que acabar una forma de trabajo basada en programar sin limitaciones a sabiendas de que el déficit será aceptado y compensado desde las arcas del Ayuntamiento. «No podemos asumir números rojos dos veces: en la previsión de ingresos y en el déficit final. El Ayuntamiento transfiere ya dinero al Jovellanos en mensualidades y en junio se transfirió el de agosto, que es cuando llegan los pagos de los festejos, que es lo más gordo», sentenciaba el edil de Cultura y Festejos como ejemplo de esos malos hábitos económicos en el Jovellanos.

Sin embargo, los noes de Rubiera también pueden tener su coste económico para las arcas públicas. La Fundación Ana María Iriarte ya anunció hace unos días la interposición de una querella contra el gobierno municipal gijonés por romper el convenio firmado para la celebración de la segunda edición del Concurso Internacional de Zarzuela de Gijón, que debía celebrarse en la ciudad entre los días 8 y 22 del próximo mes de octubre. La fundación calcula en unos 100.000 euros los daños que se le causan con esta decisión unilateral del equipo de Foro Asturias que pone en peligro un proyecto que ya cuenta con el aval de otros patrocinadores. Entre ellos Feve para la organización del «tren lírico» entre Gijón y Bilbao.

El PSOE, en una nota firmada por el anterior concejal de Educación y Cultura, Justo Vilabrille, comunicaba ayer formalmente su rechazo a la supresión de este festival lírico y la exigencia de una rectificación en esa decisión, que será presentada en la comisión de Políticas Integrales, que tendrá lugar hoy en la Casa Consistorial. Vilabrille minimiza, sin dar cifras, el coste de este festival para los gijoneses. «Gracias a la generosidad de la Fundación Ana María Iriarte apenas tiene coste para las arcas municipales. Únicamente la utilización de las instalaciones del centro municipal Gijón Sur para el proceso de selección de los cantantes y del teatro Jovellanos para la gala final del evento, con la colaboración de la Orquesta Sinfónica de Gijón», explica el socialista.

Para Vilabrille, esta decisión de FAC puede ser el preámbulo a la desaparición de otros eventos culturales. «A este paso eliminarán Feten, el Festival Internacional de Cine y la "Semana negra", que también tienen coste económico pero ponen a esta ciudad en el mapa cultural español. La cultura es un bien en sí mismo, que cohesiona y articula socialmente, que identifica a un pueblo con su territorio, que hace a la gente más feliz. Pero todo esto a los gestores municipales les trae al pairo», indica Vilabrille en su comunicado.

Carlos Rubiera evitó ayer dar explicaciones sobre la decisión de romper el convenio de colaboración con la Fundación Iriarte. El edil remitió a una próxima comparecencia pública a la espera de completar una documentación que ha solicitado. Sobre el futuro del Festival de Cine, Rubiera había comentado en Onda Cero su apoyo al evento aunque desde la preocupación de que la edición actual aún tenga sin cerrar sus compromisos de patrocinio y que queden facturas pendientes de pagar del año pasado por una cuantía de 260.000 euros. Demora que desde la dirección del Festival de Cine se achaca a la paralización de la vida política por el proceso electoral y el posterior cambio de gobierno.