La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Gijón acaba de aprobar el estudio de detalle que transformará los últimos cuatro portales de la calle de Marqués de San Esteban en un espacio residencial de lujo. Se encarrila así, después de cinco años de gestiones, una operación urbanística que resulta imprescindible para rematar el entorno de la playa de Poniente y que los vecinos de la zona vincularon, en un principio, al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.

Con 173 viviendas previstas, es uno de los proyectos más potentes que se desarrollarán en el centro urbano, donde existe muy poco margen de maniobra para poder realizar actuaciones residenciales de esta envergadura. Pero la importancia de la obra no sólo radica en el número de pisos. Su proximidad al ámbito donde se llevará a cabo el soterramiento de las vías le confiere al último tramo de Marqués de San Esteban una gran proyección urbanística.

La operación afecta a los números 62, 64, 66 y 68, inmuebles que Promociones y Construcciones Asturcasa adquirió a la familia Nespral en el año 2006. En el momento de cerrarse la compraventa, aún vivían en esos edificios unos setenta inquilinos, todos ellos con alquileres de renta antigua. Hace ocho meses se llegaba a un acuerdo con el último vecino que quedaba.

Las negociaciones con los residentes complicaron el proyecto más de lo esperado. Pero concurrieron otras circunstancias para que, después de tanto tiempo, siga sin materializarse. Empezando por la revisión del catálogo urbanístico de la ciudad, que pasó a incorporar -como patrimonio arquitectónico con protección ambiental- los cuatro edificios de Marqués de San Esteban que se sitúan más cerca del Museo del Ferrocarril.

La intervención que se realice en la zona, aunque con limitaciones, no tendrá por qué mantener todos los elementos originales de la edificación. Según el estudio de detalle que la Junta de Gobierno aprobaba el pasado martes de forma inicial, la obra «reinterpretará» la fachada existente, para tratar de actualizar en la medida de lo posible su composición arquitectónica.

«Se le dará un mayor empaque», aseguran fuentes de la operación. El objetivo es convertir este conjunto residencial en «el colofón de Marqués de San Esteban». En principio, la fachada seguirá siendo de revoco pintado (revestimiento exterior de mortero), aunque se estudia la incorporación de nuevos elementos estéticos para que la edificación «gane».

Las líneas generales del proyecto, en proceso de tramitación, reducen a tres los cuatro portales existentes en la actualidad. Desaparece, además, la idea inicial de destinar los entresuelos a oficinas, un uso que ahora tiene mucha menos salida comercial que hace cinco años, cuando empezó a perfilarse la operación. El diseño, no obstante, sigue abierto. La promotora no tendrá que presentarlo en el Ayuntamiento hasta que el estudio de detalle se someta a información pública y reciba la aprobación definitiva del gobierno municipal.

Entre tanto, los edificios 62, 64, 66 y 68 de Marqués de San Esteban permanecen cerrados a cal y canto. Sus locales comerciales han ido quedando vacíos a medida que vencían los contratos de arrendamiento, para dejar sin actividad una de las zonas con mayor tirón del municipio, especialmente desde que se abrieron equipamientos turísticos como el Acuario o el centro de talasoterapia. «Puede parecer abandonado, pero no lo está», matizan desde la empresa promotora, que espera poder iniciar las obras en el primer semestre de 2012.