Felinus, el gato filósofo, dijo: «Me invade una obsesión jovellanista, tenéis que ayudarme». De esta petición iba a nacer un libro, «Jovellanos a la luz de Felinus», biografía en imágenes, que fue presentado anoche en la Casa Natal de Jovellanos. Son sus autores, Mila García Pérez y Silverio Sánchez Corredera, responsables de dibujos y texto, respectivamente. Felinus tiene una troupe de gatos y gatas que lo siguen por doquier y que le ayudan en sus investigaciones, ocupándose de los diferentes aspectos de la sociedad. Ya han trabajado con ambos profesores, de los que son viejos conocidos.

Presidió el acto el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Gijón, Carlos Rubiera, que celebró este nuevo medio de llegar al conocimiento de Jovellanos, ya que considera un acierto utilizar diversos lenguajes para difundir su figura. Hizo la presentación de los autores la doctora en Filología Hispánica Elena de Lorenzo. Dijo, refiriéndose a Silverio Sánchez Corredera, que aparte de su brillante tesis doctoral, centrada en Jovellanos, nunca ha dejado de investigar sobre él, como demuestran sus reflexiones expuestas en el congreso jovellanista celebrado en mayo. Destacó, a su vez, el importante papel que juegan los docentes en la sociedad, algo en lo que Jovellanos nunca dejó de insistir, y que destaca en su «Memoria sobre la educación pública», escrita en Bellver. Alabó el mérito de ambos creadores al haber efectuado su trabajo fuera de las horas lectivas. Algo en lo que habría de insistir Carlos Rubiera, «me llega al corazón su generosidad, al lograr esta obra en su tiempo libre». Pidió que fuera publicada en periódicos.

Ayudándose de imágenes, Mila García Pérez y Silverio Sánchez Corredera fueron explicando la génesis, el procedimiento, la distribución de capítulos, las razones para resaltar ciertos episodios... En general el cómo y porqué del libro, y sus dificultades. Antes dieron las gracias al Ayuntamiento; a Elena de Lorenzo; a Lucía Peláez, directora del Museo Casa Natal de Jovellanos; a Fernando García Abella, director de la Biblioteca Pública, y a Casimiro Vega Álvarez, gerente de «La Casona de Jovellanos», entidad patrocinadora de la edición.

Como primer paso, los gatos van al Museo del Prado para conocer a Jovellanos, ¿por qué está tan triste?, se preguntan. En la búsqueda de respuestas, deciden dividir la vida de Jovellanos en dos partes; antes de 1790, en que fue un hombre expansivo y feliz, lleno de proyectos de reformas, y la que abarca sus últimos años hasta 1811, en que es desterrado, primero a Asturias y después a Bellver. Siguiendo la línea de los magníficos dibujos vemos la infancia de Jovellanos, al que llamaban Gasparín, en Gijón, sus estudios en Oviedo, en Ávila, y en Alcalá de Henares. Su viaje y estancia en Sevilla, como Alcalde del Crimen, y su regreso a Madrid transcurridos 10 años. Curiosamente, para regocijo de los protagonistas, su primera vivienda en Madrid estaba en la plaza de los Gatos. «Entre los años 1785, 1790, Jovellanos pasa a ser un personaje muy importante, incluso conocido en el extranjero», manifestó el profesor Sánchez Corredera. ¿Qué propició su caída en desgracia? Se han hecho muchas especulaciones, aunque abunda la de pensar, como así opina el profesor Sánchez Corredera, que el rechazo proviene del pensamiento jansenista de Jovellanos.

El libro es precioso, de fácil lectura, ingenioso, divertido e ilustrativo. Sin duda tendrá un gran éxito entre los inexpertos de la figura de Jovellanos.