Me estoy refiriendo al suceso acontecido el pasado 29 de diciembre, donde la embarcación «Patri 13» naufragaba frente al rompeolas del puerto deportivo de Gijón, recibiendo con ello un golpe de mar a la entrada del mismo, con el fatal desenlace de cinco personas afectadas por el accidente. Como causa del mismo fallecieron dos personas, el patrón de la lancha y el niño Gonzalo Fernández, cuyo cuerpo fue encontrado el miércoles tras una movilización de todas las fuerzas y cuerpos de seguridad puestos a disposición para su búsqueda. Todos ellos, lanchas de Cruz Roja, Guardia Civil y Bomberos, actuaron de una forma permanente y coordinada. Fueron tres días en los que Gijón y Asturias mostraron un talante solidario en la búsqueda del desaparecido. Sus padres, muy afectados, estuvieron de forma indeleble conviviendo con la tragedia, pero siguiendo las labores de búsqueda de su hijo.

Yo, que soy un gijonés de raza, no he conocido una movilización tan importante que merece ser catalogada como ejemplar, pues las dificultades que entrañaba la búsqueda debidas al fuerte oleaje y a la bravura del mar Cantábrico a lo largo de estos trece días no fueron las más idóneas. Pero todos, gijoneses y no gijoneses, organismos oficiales y particulares, se conjuraron desde el primer momento del suceso en búsqueda de Gonzalo, un niño de 10 años. Finalmente a sus padres les quedó el consuelo de encontrar su deteriorado cuerpo, gracias a la tenacidad y a la persistencia en su localización. La vida y la mar se cruzaron de forma traicionera y cruel, convirtiendo un mero paseo en lancha sin arrebatar nada al Cantábrico, en un accidente que nos dejó sin dos seres humanos, uno de ellos insultantemente joven. Tenemos el desahogo y el bálsamo de que hicimos todo lo posible desde todas las instancias y desde el pueblo de Gijón por buscar de forma permanente a Gonzalo Fernández, que el jueves recibió sepultura en la iglesia parroquial de Pola de Lena. Manifestamos desde nuestra organización a sus padres y a toda su familia nuestro abrazo y consuelo tras el duro golpe que han recibido. El pueblo de Gijón siempre estará con ellos por la ejemplaridad y la solidaridad que debemos tener con todos aquellos oriundos o de fuera de nuestra comunidad, porque la solidaridad de los gijoneses está por encima de cualquier ideología que no sea el dar un sentido a la vida en momentos de desgracia individuales o colectivos y debemos dejar bien presente todo lo que conlleve la hospitalidad y la responsabilidad con nuestros semejantes. Descanse en paz Gonzalo Fernández y que sus padres y familiares reciban un abrazo solidario de Gijón y de los asturianos.