R. G.

La sección tercera de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Oviedo, acaba de condenar a dos años de cárcel a un vecino de Gijón acusado de un delito de maltrato. Los magistrados aseguran en su sentencia que después de una fuerte discusión motivada por el deseo de la mujer de separarse, el acusado «la arrastró hasta la habitación donde con una acuerda le ató las manos y las dejó amarradas en posición de rezo, con la cuerda que le sobró le amarró las piernas a la altura de los tobillos y se las colocó detrás del cuerpo».

El juez encargado del caso ha impuesto además una orden de alejamiento de seis años en virtud de la cual el agresor no se podrá acercar a menos de 200 metros de su víctima ni comunicarse con ella.