M. C.

La sede de la Autoridad Portuaria junto al muelle local y la Quinta La Vega, en Jove, están en venta. Son dos de los bienes patrimoniales de los que se desprenderá la Autoridad Portuaria de Gijón para reducir la elevada carga financiera que soporta como consecuencia de la obra de ampliación de El Musel. La gran obra acarreó 465 millones de euros de deuda para la Autoridad Portuaria, 250 millones previstos inicialmente y correspondientes a un crédito del Banco Europeo de Inversiones y 215 de un préstamo del Ministerio de Fomento, a través del ICO, para hacer frente a los sobrecostes de la ampliación. El actual presidente del Puerto, Emilio Menéndez, insistió ayer en que la Autoridad Portuaria venderá todo el inmovilizado innecesario para su actividad, entre el que se refirió expresamente a los dos edificios institucionales citados y a terrenos no afectados por el dominio público, dado que estos últimos «son invendibles».

La venta de patrimonio del Puerto para cubrir parte de los costes de la ampliación ya fue barajado por presidentes de la Autoridad Portuaria de la anterior etapa socialista. De hecho, la Autoridad Portuaria formuló una alegación al Plan General de Ordenación para que el Ayuntamiento recalificara sus terrenos en el antiguo astillero Naval Gijón. El Puerto también intentó vender el 68,8% de su participación en la terminal de graneles sólidos Ebhisa bajo la presidencia de Fernando Menéndez Rexach, algo que a la postre resultó inviable. Respecto a ambos asuntos, Emilio Menéndez señaló ayer que sobre los terrenos de Naval Gijón la Autoridad Portuaria abrirá un concurso de ideas, que se mostrará en la antigua rula en otoño, «para ver qué quieren los gijoneses» ahí. Por lo que respecta a Ebhisa, Menéndez apuntó que «lo deseable» sería su completa privatización, tal como obliga la ley de Puertos.

Las posibilidades actuales de vender acciones de Ebhisa son, sin embargo, más bien escasas dado el descenso de tráficos de la terminal granelera derivado de la crisis económica, que ha llevado a la principal terminal granelera de El Musel a acumular una deuda de unos 7 millones de euros, principalmente por el aplazamiento de pagos de las tasas a la propia Autoridad Portuaria. La anterior dirección de El Musel había encargado en 2010 a la consultora EC Harris la venta de su paquete accionarial en Ebhisa por 150 millones de euros. Los actuales gestores portuarios acabaron rescindiendo el contrato con la consultora después de que redujera el precio de salida hasta 50 millones, cifra que ningún potencial comprador aceptó, a pesar de que cuatro compañías se interesaron.

El presidente portuario indicó ayer que los terrenos portuarios que a priori no se pueden vender son los que ocupan en concesión el Tallerón de Duro Felguera y el astillero de Armón (antiguo Juliana). Respecto a la posible venta del edificio de la antigua rula, señaló que existe actualmente una concesión sobre el mismo.

Emilio Menéndez sí consideró prescindibles la sede actual de la Autoridad Portuaria y La Quinta la Vega, y recordó al respecto que el Puerto dispone de oficinas suficientes y de locales para actividades en el edificio de servicios múltiples de El Musel. La única pega que vio para esta operación es la actual crisis del mercado inmobiliario y advirtió de que el Puerto no está dispuesto a malvender sus bienes a cualquier precio.

De hecho, la Autoridad Portuaria de Gijón ya ha puesto a la venta una parte de su patrimonio a través de su página web, señaló ayer Emilio Menéndez. Una venta que se hará mediante pública subasta con presentación de ofertas en sobres cerrados.

En la citada página web figuraba ayer la venta de cinco parcelas de la ZALIA, que suman 32.032,02 metros cuadrados, a precios que oscilan entre los 155 y los 185 euros el metro cuadrado. La Autoridad Portuaria de Gijón es uno de los accionistas de la ZALIA, en la que participa con un 30 por ciento.