Pablo TUÑÓN

«Podemos decir que estamos hablando casi de papel para reciclar». Con estas palabras, Ignacio González, profesor de la Escuela de Trabajo Social, cerró como moderador la mesa redonda sobre el proyecto de ordenanza cívica organizada ayer por la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV) y en la que participaron representantes del Partido Popular, Partido Socialista e Izquierda Unida. Los tres pusieron de manifiesto su profundo rechazo al borrador propuesto por Foro y, de ahí, la conclusión extraída por el moderador y por muchos de los asistentes: parece imposible que la ordenanza salga adelante cuando tiene en contra a las tres fuerzas de la oposición .

«Este borrador ya no me preocupa, porque sois mayoría y no lo vais a aprobar», les decía en el turno de preguntas Amador García, ex presidente de la FAV. Un parecer que, en turnos de intervención posteriores, fue manifestado por tres más de los asistentes. Previamente, Libertad González, concejala de IU; Eduardo Carreño, experto en drogodependencias de la comisión de salud del PP, y Begoña Fernández, edil socialista, habían transmitido las posturas de sus respectivos partidos, con grandes semejanzas, para asombro de muchos de los asistentes.

Tita Caravera, presidenta de la FAV, abrió las intervenciones como organizadora. Trasladó la postura de la federación, que rechaza la totalidad del borrador, y excusó la ausencia de Foro en el debate. «Declinaron venir por tener un acto importante de campaña», expresó Caravera.

Libertad González inició el debate en sí trasladando la postura de IU. «Inasumible», «secuestro del espacio público» o «ambigua, imprecisa y prohibitiva». Así calificó González el texto propuesto por Foro. Aseguró que presenta problemas legales porque «regula aspectos que exceden la competencia del Ayuntamiento», además de «regular otros que ya están en otras normativas». Rechazó la prohibición del «botellón» porque «no existe ese problema, aunque sí uno de consumo de alcohol entre jóvenes». También se refirió a la condena de la mendicidad y de la prostitución en la calle: «Quieren ocultar una realidad social y criminalizar la pobreza», proclamó.

Eduardo Carreño abordó el tema desde una perspectiva más técnica, aunque mostrando igualmente el rechazo a la imposición de sanciones y prohibición del «botellón». «No parece que sea tan alarmante en Gijón para desarrollar este batiburrillo normativo», opinó Carreño, que acudió en representación del PP. Explicó que la definición de «botellón» manejada por Foro es equivocada y señaló la necesidad de «una regulación y no prohibición», así como de educar y concienciar antes de implementar una norma. «Una normativa no va a hacer nada si los jóvenes no entienden por qué se hace», proclamó, apostando por el desarrollo de un plan municipal de drogas desde el que trabajar en la prevención del consumo de alcohol.

Begoña Fernández, del PSOE, quiso criticar tanto el contenido del borrador como el procedimiento utilizado por Foro para su redacción y debate en la comisión de la Junta de Seguridad. «El "botellón" no es un problema de seguridad, sino que genera problemas de salud pública, insalubridad...», opinó Fernández, que aseguró que la ordenanza «fue redactada fuera de cualquier cauce de diálogo». Además, no cree que su cumplimiento sea posible ni que la Policía pueda controlar tantos aspectos que pretenden sancionar. «Una normativa tan restrictiva puede originar respuestas reactivas por parte de los jóvenes», añadió la edil socialista, que quiso dejar claro que «en ella no está Gijón presente, porque se parece mucho a otras de otras ciudades, y cada sitio es diferente». Expuso otros argumentos contrarios al texto, al igual que Libertad González y Eduardo Carreño. La ordenanza cívica ha desatado toda una tormenta de críticas.