El pasado jueves día 22, la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) presentó su concierto de abono número 8 (y el segundo en Gijón), en el que se integraron varios discursos procedentes de la Europa oriental de la segunda mitad del XIX y principios del XX.

Las obras interpretadas de Rachmaninov, Bartók y Mussorgsky compartieron además una visión musical ensoñadora y muy expresiva, motivada por diferentes creaciones pictóricas (Arnold Böcklin fue la fuente para Rachmaninov, mientras Viktor Hartmann lo fue para Mussorgsky) o, en el caso de Bartók, por su relación con la violinista Stefi Geyer (a quien el húngaro le dedica su primer concierto para violín). El repertorio resultó variado, lo que también se reflejó en la interpretación tanto de la orquesta como del director.

El poema sinfónico «La isla de los muertos Op. 29» (Rachmaninov) abrió el concierto a partir de un ritmo constante y una cuidada textura articulada por la sección de cuerda, cuyo desarrollo da lugar a diversos pasajes in crescendo. Una densa y expresionista composición que se aleja de la imagen virtuosa tradicionalmente asociada al compositor ruso, y que profundiza en una introspección armónica con aspiraciones de réquiem.

La OSPA reflejó con creces esa sensación de quietud y reflexión, a través de un tempo muy bien controlado (mención especial para la sólida pulsación de los contrabajos y la delicadeza de la sección de viento).

Igualmente cumplieron con gran profesionalidad en la interpretación de los «Cuadros de una exposición» (Mussorgsky), donde el maestro Rossen Milanov mostró todo su nervio alternando registros que iban desde los divertimentos rítmicos («Tullerías», «Baile de los polluelos en sus cascarones») hasta la gravedad con evocación de la tradición judía («Samuel Goldenberg y Shmuÿle»), pasando por la grandilocuencia de «La gran puerta de Kiev», que cerró con rotundidad el recital de la noche.

La violinista búlgara Albena Danailova, concertino de la Orquesta Filarmónica de Viena, fue la solista invitada (sustituyendo a Lisa Batiashvili, quien tuvo que cancelar su participación por enfermedad) para el «Concierto para violín N.º1 BB48a». Dividido en dos movimientos en lugar de los tres habituales, no hubo una interacción total entre intérprete y orquesta en el Andante Sostenuto (Danailova incluso tuvo alguna oscilación en la afinación), cambiando totalmente en el vibrante Allegro giocoso, con un elegante juego de dobles cuerdas y un penetrante sonido agudo.

El próximo concierto de la OSPA en el teatro Jovellanos será el «Extraordinario de Semana Santa», el jueves 29 de marzo, a las 20.00 horas. El programa consistirá en las «Antífonas de la coronación HWV 258-261», de Haendel, y la «Misa de Coronación en do mayor K317», de Mozart, siendo dirigido por Howard Griffiths. Participarán también la soprano Nuria Rial, la mezzosoprano Marifé Nogales, el tenor Albert Casals y el barítono David Menéndez, además del Coro de la Fundación Príncipe de Asturias, dirigido por José Esteban García Miranda. El viernes 30, a la misma hora, se celebrará el concierto en el auditorio Príncipe Felipe, de Oviedo.