J. M. C.

El profesor Lorenzo Sarmiento Fernández falleció el pasado miércoles, 28 de marzo, en Gijón, ciudad en la que había nacido, como él mismo contó en una entrevista publicada en LA NUEVA ESPAÑA en el año 2008, «en aquellos años convulsos previos a la Guerra Civil». La capilla ardiente quedó instalada en la sala número 2 del tanatorio de Cabueñes.

El funeral de cuerpo presente se oficiará, a la una de la tarde de hoy, en la iglesia parroquial de San Lorenzo. Tras el oficio religioso, los restos mortales de Lorenzo Sarmiento Fernández recibirán cristiana sepultura en el cementerio municipal de El Sucu (Ceares). Lorenzo Sarmiento Fernández estaba casado con Lolina González Noval y era padre de seis hijos. Tenía cinco nietos.

Licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo, con los años también obtendría la diplomatura en Filosofía y Letras. Antes, estudió el Bachillerato en el Colegio de la Inmaculada. Pertenecía a la primera promoción colegial, la de 1946, tras la Guerra Civil. El pasado mes de diciembre, en el acto anual que organiza la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio de la Inmaculada, Lorenzo Sarmiento era el antiguo alumno que tenía que pronunciar el discurso principal del acto, pero el mismo día, por una indisposición, le pidió a su amigo Claudio Fernández Junquera que le sustituyera.

Fernández Junquera, que cumplió el encargo, recordó ayer a su amigo Lorenzo Sarmiento como «una persona que destacaba, siempre obtenía muy buenas notas y destacaba entre los demás compañeros en el comportamiento y siempre se llevaba los títulos honoríficos que daban los Jesuitas; siempre fue un alumno distinguido».

Lorenzo Sarmiento dedicó una parte de su vida profesional a la docencia, abriendo dos academias de Enseñanza Media en Gijón. En cuanto a su profesión de abogado, la plasmó en la empresa siderúrgica Uninsa, donde fue el encargado de crear el departamento de asuntos sociales.

Asimismo, entre los años 1967 y 1974 fue el presidente del Ateneo Jovellanos, y luego presidente de la sección de Gijón de la Adoración Nocturna, puesto que Lorenzo Sarmiento era un hombre de profunda religiosidad y desde joven se vinculó a las congregaciones marianas.

De su faceta política hay que destacar que fue uno de los fundadores de la Unión de Centro Democrático (UCD) en Gijón al principio de la Transición a la democracia, y en el Gobierno preautonómico de Asturias que presidía el socialista Rafael Fernández, Lorenzo Sarmiento se ocupó de la Consejería de Educación, primero, y luego de la de Comercio, Turismo y Pesca.