La Policía intervino el pasado domingo en el colegio electoral ubicado en el centro de salud Zarracina, después de que varios de los presentes denunciaran a uno de los vocales que había llegado «en estado ebrio» y que, según los propios camareros de un bar cercano «se dedicaba a tomar una copa cada hora». Los agentes advirtieron al ciudadano de la multa que se le podía imponer en caso de que no cumpliese con sus obligaciones al haber sido seleccionado para ejercer como vocal en las elecciones. «Encima que tengo que venir obligado por lo menos que me dejen venir como yo quiera», respondió el ciudadano a los policías, pese a lo cual permaneció el resto de la jornada en su puesto.