R. G.

Los dos comerciales de una empresa cántabra con sede en Gijón acusados de estafar más de 482.000 euros a los propietarios de la firma para la que trabajaban negaron ayer ser los responsables de los hechos que les imputa la fiscalía. «Yo nunca robé nada», aseguró uno de los acusados, padre del segundo imputado, «lo único que hice fue firmar un documento para que me dejaran irme y para que mi hijo no tuviera problemas». Precisamente en ese documento queda reflejado, tal y como se expuso ayer en la sala de vistas de la Audiencia, cómo durante el período en el que los acusados trabajaron en la empresa de palés hubo un descubierto de dinero de casi medio millón de euros.

La fiscalía sostiene que entre los años 2005 y 2009 los acusados emitieron albaranes y recibos simulando la existencia de operaciones económicas y, merced a actuaciones fraudulentas, se apropiaron del dinero en metálico obtenido por la venta de palés de la empresa Palbusa Reciclaje de Palets, S. L., con sede en Porceyo, en la que además de los dos acusados trabajaban otras cuatro personas. «Todos tenían acceso a dinero para pagar los palés que iban llegando. A mí un día me sorprendió cuando me dijeron que iba a venir un auditor, pero yo no tenía nada que ocultar», alegó ante el tribunal de la Sección Octava de la Audiencia Provincial el que fuera responsable de la factoría y hoy imputado, cuya identidad responde las iniciales A. V. V.

El proceso judicial contra estos dos acusados quedó ayer visto para sentencia. La acusación particular ejercida por la empresa eleva la petición de cárcel solicitada por el fiscal hasta los seis años y nueve meses de prisión para cada uno de los dos reos imputados.